Tratamiento del mioma uterino: explorar todas las opciones y comprender las consecuencias de la extirpación

Mioma uterino: todas las opciones de tratamiento y consecuencias de la extirpación (si no puede evitarse)

El mioma uterino , también conocido como fibromas uterinos, es una afección frecuente que afecta a muchas mujeres en todo el mundo. Se trata de un crecimiento no canceroso que se desarrolla en el útero y cuyo tamaño puede variar desde pequeños plantones hasta grandes tumores. Aunque el mioma uterino en sí puede no causar síntomas ni plantear riesgos graves para la salud, puede dar lugar a diversas complicaciones y repercutir en la calidad de vida de la mujer.

Existen varias opciones de tratamiento para el mioma uterino, en función del tamaño, la localización y los síntomas asociados al tumor. El tratamiento conservador, como la espera vigilante y la terapia hormonal, suele recomendarse a las mujeres asintomáticas o con síntomas leves. El objetivo de este tratamiento es vigilar el crecimiento y controlar los síntomas que puedan surgir.

La intervención quirúrgica puede ser necesaria para las mujeres que experimentan síntomas graves o si el mioma uterino está afectando a su fertilidad. Existen diferentes procedimientos quirúrgicos, como la miomectomía (extirpación de los miomas conservando el útero) y la histerectomía (extirpación del útero). Estas intervenciones pueden realizarse mediante cirugía abierta tradicional o técnicas mínimamente invasivas como la laparoscopia o la histeroscopia.

Aunque la extirpación de un mioma uterino puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la mujer, es importante tener en cuenta las posibles consecuencias. Pueden producirse complicaciones posquirúrgicas, como infecciones, hemorragias excesivas y lesiones en los órganos circundantes. Además, para las mujeres que se someten a una histerectomía, el procedimiento tendrá como consecuencia la pérdida permanente de la fertilidad y un cambio en el equilibrio hormonal.

Es fundamental que las mujeres a las que se diagnostica un mioma uterino comenten con su médico todas las opciones de tratamiento y sus posibles consecuencias. Cada caso es único y el plan de tratamiento elegido debe adaptarse a las necesidades y preferencias de la persona, teniendo en cuenta factores como la edad, el deseo de un futuro embarazo y el estado general de salud. Con la orientación médica adecuada, las mujeres pueden tomar decisiones informadas sobre el tratamiento de su mioma uterino y lograr los mejores resultados posibles.

Qué es el mioma

El mioma, también conocido como fibromas uterinos o leiomiomas, es un tumor benigno frecuente que se origina en las células musculares lisas del útero. Es el tipo de tumor más frecuente en mujeres en edad reproductiva.

Los miomas pueden variar en tamaño y localización dentro del útero. Pueden ser tan pequeños como un guisante o tan grandes como un pomelo. Los miomas pueden crecer dentro de la pared uterina, sobresalir en la cavidad uterina o adherirse a la superficie externa del útero. Pueden ser solitarios o múltiples.

Se desconoce la causa exacta de los miomas, pero se han identificado varios factores de riesgo. Entre ellos se encuentran los desequilibrios hormonales, la predisposición genética y determinados factores relacionados con el estilo de vida, como la obesidad y una dieta rica en carne roja y pobre en frutas y verduras.

Tipos de miomas uterinos

Existen tres tipos principales de miomas uterinos:

Los miomas suelen ser inofensivos y la mayoría de las mujeres que los padecen no experimentan ningún síntoma. Sin embargo, en algunos casos pueden causar dolor pélvico, sangrado menstrual abundante o prolongado, micción frecuente, estreñimiento y problemas de fertilidad.

Las opciones de tratamiento de los miomas dependen del tamaño, la localización y la gravedad de los síntomas. Pueden incluir espera vigilante, medicación, procedimientos mínimamente invasivos o cirugía. Un profesional sanitario le explicará las opciones disponibles y le ayudará a determinar el mejor tratamiento.

Síntomas alarmantes del mioma

El mioma uterino, también conocido como fibromas uterinos, es una afección frecuente que afecta a muchas mujeres. Aunque la mayoría de las mujeres con miomas no experimentan síntomas, existen algunos signos alarmantes que pueden indicar la presencia de un mioma o de complicaciones asociadas al mismo.

Uno de los síntomas más notables del mioma es el sangrado menstrual abundante o prolongado. Si nota que sus menstruaciones se han vuelto mucho más abundantes o largas de lo habitual, podría ser un signo de mioma uterino. Esto se debe a que los miomas pueden hacer que el útero se agrande y se distorsione, provocando hemorragias anormales.

El dolor pélvico es otro síntoma frecuente de mioma. Puede experimentar un dolor sordo en la zona pélvica que no está asociado al ciclo menstrual. Este dolor puede ser constante o intermitente y puede empeorar con determinadas actividades o posturas. Si tiene dolor pélvico persistente, es importante que consulte a su profesional sanitario.

Algunas mujeres con mioma también pueden experimentar presión o sensación de plenitud en la parte inferior del abdomen o la pelvis. Esto puede deberse al tamaño y la ubicación del mioma, que puede presionar los órganos cercanos o hacer que el útero se agrande. Si presenta este síntoma, es importante someterse a una evaluación exhaustiva para determinar la causa.

En algunos casos, los miomas también pueden causar síntomas urinarios como micción frecuente o dificultad para vaciar la vejiga. Esto se debe a que los miomas pueden ejercer presión sobre la vejiga, provocando cambios en la función urinaria. Si tiene síntomas urinarios persistentes o molestos, es importante que busque atención médica.

Por último, los miomas pueden interferir en la fertilidad y el embarazo. Si ha estado intentando concebir sin éxito, o si ha sufrido abortos espontáneos recurrentes, es importante considerar la posibilidad de un mioma uterino. Estos tumores pueden afectar a la implantación de un óvulo fecundado o causar complicaciones durante el embarazo.

Si experimenta alguno de estos síntomas alarmantes, es importante que consulte a su médico para obtener un diagnóstico adecuado y analizar las opciones de tratamiento. Aunque no todos los miomas requieren tratamiento, es importante vigilar su tamaño y sus síntomas para garantizar una salud y un bienestar óptimos.

Tratamiento de los miomas: 5 etapas principales

Paso 1: Diagnóstico

El primer paso en el tratamiento de los miomas es diagnosticar con precisión la presencia y el tamaño de los miomas uterinos. Esto suele hacerse mediante una combinación de un examen pélvico, una ecografía y, a veces, una resonancia magnética. Estas pruebas ayudan a determinar la localización, el tamaño y el número de miomas, lo cual es esencial para planificar el tratamiento adecuado.

Paso 2: Seguimiento

En algunos casos, los miomas pequeños o asintomáticos pueden no requerir tratamiento inmediato. En su lugar, el médico puede recomendar un seguimiento periódico para controlar su crecimiento o cualquier posible síntoma. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres que se acercan a la menopausia, ya que los miomas suelen reducirse por sí solos después de la menopausia.

Paso 3: Medicación

Si los síntomas son molestos o los miomas causan complicaciones, puede prescribirse medicación para controlar los síntomas y reducir el tamaño de los miomas. Pueden utilizarse medicamentos hormonales como los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), los anticonceptivos a base de progesterona o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos medicamentos pueden ayudar a controlar las hemorragias abundantes, aliviar el dolor y reducir el tamaño de los miomas.

Paso 4: Procedimientos mínimamente invasivos

Si la medicación sola no es suficiente o los miomas son más grandes o causan síntomas graves, pueden recomendarse procedimientos mínimamente invasivos. Las opciones son la embolización de la arteria uterina, la miolisis o la cirugía con ultrasonidos focalizados. El objetivo de estos procedimientos es destruir o reducir el tamaño de los miomas preservando el útero. Suelen realizarse mediante pequeñas incisiones y requieren menos tiempo de recuperación que la cirugía tradicional.

Paso 5: Cirugía

Si los miomas son grandes, crecen rápidamente, provocan síntomas graves o interfieren en la fertilidad, puede ser necesaria la cirugía. Existen varias opciones quirúrgicas, como la miomectomía (extirpación de los miomas conservando el útero) y la histerectomía (extirpación del útero). La elección de la intervención quirúrgica depende de factores como el deseo de la mujer de preservar la fertilidad y la extensión de los miomas. Es importante comentar los posibles riesgos y beneficios de la intervención con un profesional sanitario antes de tomar una decisión.

En general, el tratamiento de los miomas uterinos debe individualizarse en función de los síntomas, los deseos de fertilidad, la edad y el historial médico de la mujer. Es importante consultar con un profesional sanitario para determinar el plan de tratamiento más adecuado y analizar las posibles consecuencias o implicaciones de la opción terapéutica elegida.

Formas de tratar el mioma uterino

El mioma uterino, también conocido como fibromas uterinos, puede tratarse mediante diversos métodos en función del tamaño y la ubicación de los fibromas, así como de la gravedad de los síntomas. Las opciones de tratamiento del mioma uterino incluyen:

  • Espera vigilante:

    Si los miomas son pequeños y no causan síntomas, el médico puede recomendar un enfoque de «observación y espera». Un seguimiento regular mediante exámenes pélvicos y ecografías puede ayudar a determinar si los miomas están creciendo o causando algún problema.

  • Medicación:

    Pueden recetarse determinados medicamentos para ayudar a controlar los síntomas asociados al mioma uterino. Pueden ser antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor, medicamentos hormonales como píldoras anticonceptivas o agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) para regular el ciclo menstrual y reducir el tamaño de los miomas, o dispositivos intrauterinos (DIU) liberadores de progestina para reducir las hemorragias abundantes.

  • Procedimientos mínimamente invasivos:

    En algunos casos, pueden recomendarse procedimientos mínimamente invasivos para tratar el mioma uterino. Estos pueden incluir:

    • Embolización de la arteria uterina (EAU): Este procedimiento consiste en inyectar pequeñas partículas en los vasos sanguíneos que irrigan los miomas, cortando su riego sanguíneo y provocando su reducción.
    • Cirugía con ultrasonidos focalizados guiada por resonancia magnética (MRgFUS): Este procedimiento no invasivo utiliza ondas de ultrasonido focalizadas para calentar y destruir los miomas sin necesidad de incisiones.
    • Cirugía laparoscópica o robótica: Estas cirugías mínimamente invasivas implican el uso de pequeñas incisiones e instrumentos especializados para extirpar los miomas preservando el útero.
  • Opciones quirúrgicas:

    En los casos en que los miomas son grandes, causan síntomas graves o si la fertilidad es un problema, puede ser necesaria la cirugía. Las opciones quirúrgicas para el mioma uterino pueden incluir:

    • Miomectomía: Este procedimiento consiste en extirpar quirúrgicamente los miomas conservando el útero. Puede realizarse mediante cirugía laparoscópica, histeroscópica o abierta, dependiendo del tamaño y la localización de los miomas.
    • Histerectomía: En los casos en que la fertilidad no es un problema y otros tratamientos no han tenido éxito, puede recomendarse una histerectomía. Consiste en la extirpación quirúrgica del útero y es una solución permanente para el mioma uterino.
  • Terapias alternativas y complementarias:

    Algunas mujeres también pueden explorar terapias alternativas y complementarias para controlar los síntomas del mioma uterino. Por ejemplo, hierbas medicinales, acupuntura, yoga y cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable y reducir el estrés.

Es importante que las mujeres con mioma uterino consulten con un profesional sanitario para determinar la opción de tratamiento más adecuada en función de sus circunstancias y preferencias individuales.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico es una de las opciones disponibles para tratar los miomas uterinos que no pueden tratarse de forma conservadora. Existen varios procedimientos quirúrgicos que pueden realizarse, dependiendo del tamaño y la localización del mioma, así como del deseo de la mujer de preservar la fertilidad.

El procedimiento quirúrgico más habitual para tratar los miomas uterinos es la miomectomía. Este procedimiento consiste en la extirpación quirúrgica del mioma dejando el útero intacto. La miomectomía puede realizarse de varias formas, por ejemplo mediante cirugía abierta, laparoscopia o histeroscopia. La elección del método depende del tamaño y la localización del mioma, así como de la experiencia del cirujano.

La miomectomía laparoscópica es un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en realizar pequeñas incisiones en el abdomen para extirpar los miomas utilizando instrumentos quirúrgicos especializados. Este método ofrece varias ventajas con respecto a la cirugía abierta, como una estancia hospitalaria más corta, una recuperación más rápida y menos cicatrices. Sin embargo, puede no ser adecuado para miomas grandes o múltiples.

La miomectomía histeroscópica es un procedimiento que consiste en extirpar los miomas a través del cuello uterino sin realizar ninguna incisión. Se introduce un histeroscopio, un tubo fino con una cámara, en el útero para visualizar y extirpar los miomas. Este procedimiento sólo es adecuado para los miomas submucosos que se encuentran dentro de la cavidad uterina.

En algunos casos, cuando los miomas son grandes o numerosos, o cuando la mujer ya no desea la fertilidad, puede recomendarse una histerectomía. La histerectomía consiste en la extirpación quirúrgica del útero y, dependiendo del caso, también puede implicar la extirpación del cuello uterino y los ovarios. Esta intervención se considera el tratamiento definitivo de los miomas uterinos, pero significa que la mujer ya no podrá tener hijos.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento quirúrgico de los miomas uterinos conlleva ciertos riesgos y posibles complicaciones. Éstas pueden incluir hemorragias, infecciones, daños en los órganos circundantes y adherencias. La elección del procedimiento quirúrgico debe realizarse tras un debate exhaustivo entre la mujer y su profesional sanitario, teniendo en cuenta su situación específica y los objetivos del tratamiento.

Postoperatorio de la extirpación de un mioma uterino

Tras la extirpación del mioma uterino, la paciente entra en un periodo postoperatorio que requiere cuidados y atención especiales. El proceso de recuperación puede variar en función del tipo de cirugía realizada y de las características individuales de la paciente.

En la mayoría de los casos, las pacientes experimentan dolor y molestias en el abdomen tras la intervención. Pueden recetarse analgésicos para ayudar a controlar estos síntomas. Es importante seguir las instrucciones del médico para tomar la medicación e informar de cualquier dolor intenso o persistente.

Durante el postoperatorio, es frecuente que se produzcan hemorragias o secreciones vaginales. Esto es normal y debería disminuir gradualmente con el tiempo. Es importante utilizar compresas higiénicas y evitar el uso de tampones o la actividad sexual hasta que el médico lo apruebe.

Los pacientes también pueden experimentar fatiga y una disminución de los niveles de energía. Es importante escuchar al cuerpo y descansar lo necesario durante este tiempo. Las actividades suaves, como caminar, pueden ayudar en el proceso de recuperación, pero debe evitarse el ejercicio extenuante hasta que el médico lo autorice.

Se programarán citas de seguimiento para supervisar el proceso de curación y detectar cualquier signo de complicación. Es importante acudir a estas citas e informar de cualquier síntoma o preocupación inusual.

Es importante seguir todas las instrucciones postoperatorias dadas por el equipo sanitario. Esto puede incluir tomar la medicación según lo prescrito, evitar ciertas actividades o alimentos y practicar una buena higiene para prevenir infecciones.

La duración del postoperatorio puede variar, pero la mayoría de los pacientes pueden esperar recuperarse totalmente en unas semanas o un par de meses. Es importante ser paciente y dar tiempo al cuerpo para que sane.

Si tiene alguna duda o pregunta durante el postoperatorio, es importante que se ponga en contacto con el equipo sanitario para que le oriente y le apoye.

Embolización de la arteria uterina (EMA)

La embolización de la arteria uterina (EMA) es un procedimiento no quirúrgico utilizado para tratar el mioma uterino. Consiste en bloquear los vasos sanguíneos que irrigan los miomas, impidiendo así su crecimiento y haciendo que se reduzcan.

Durante el procedimiento, un radiólogo introduce un catéter fino en la arteria femoral y lo guía hasta las arterias uterinas. A continuación se inyectan a través del catéter pequeñas partículas, como perlas o espuma de gelatina, que bloquean el flujo sanguíneo a los miomas. Sin un riego sanguíneo constante, los miomas empiezan a degenerar y a encogerse.

La EMA se considera una alternativa eficaz a la intervención quirúrgica, como la histerectomía o la miomectomía. Suele recomendarse a mujeres con miomas sintomáticos que desean conservar el útero y evitar la cirugía.

Ventajas de la embolización de la arteria uterina:

1. No quirúrgica: A diferencia de las opciones quirúrgicas tradicionales, la EMA es un procedimiento mínimamente invasivo que no implica grandes incisiones abdominales. Esto significa un menor tiempo de recuperación y un menor riesgo de complicaciones.

2. 2. Conservación del útero: La EMA permite a las mujeres conservar su útero intacto, lo que puede ser importante para aquellas que aún desean tener hijos en el futuro.

3. Alivio eficaz de los síntomas: Los estudios han demostrado que la EMA proporciona un alivio significativo de los síntomas, especialmente para las hemorragias menstruales abundantes, el dolor pélvico y los síntomas de presión causados por los miomas.

Consecuencias potenciales de la embolización de la arteria uterina:

Posibles consecuencias de la embolización de la arteria uterina:

1. Síntomas temporales similares a los de la menopausia: Como consecuencia de la reducción del flujo sanguíneo al útero, algunas mujeres pueden experimentar síntomas similares a los de la menopausia, como sofocos, sudores nocturnos y sequedad vaginal. Estos síntomas suelen desaparecer al cabo de unos meses.

2. 2. Infección: Existe un pequeño riesgo de infección tras el procedimiento, que normalmente puede tratarse con antibióticos.

3. Síndrome postembolización: Algunas mujeres pueden experimentar una afección temporal denominada síndrome posembolización, que incluye dolor, fiebre, náuseas y fatiga. Estos síntomas suelen desaparecer al cabo de unos días o unas semanas.

Es importante tener en cuenta que la EMA puede no ser adecuada para todas las mujeres, especialmente las que padecen determinadas afecciones médicas o fibromas de gran tamaño. Para determinar la opción de tratamiento más adecuada, es necesario realizar una evaluación exhaustiva y consultar a un profesional sanitario.

Tratamiento médico de los miomas

El tratamiento médico de los miomas uterinos es una alternativa a la intervención quirúrgica, especialmente para las mujeres que desean preservar su fertilidad o evitar las posibles complicaciones asociadas a la cirugía. Existen varias opciones de tratamiento médico, en función del tamaño y los síntomas del mioma.

Uno de los medicamentos más utilizados son los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que actúan suprimiendo la producción de estrógeno y progesterona, hormonas que favorecen el crecimiento de los miomas. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir el tamaño de los miomas y disminuir los síntomas asociados, como las hemorragias menstruales abundantes y el dolor pélvico. Sin embargo, este tratamiento es temporal, y los miomas pueden volver a crecer una vez suspendida la medicación.

Otra opción de tratamiento médico son los moduladores selectivos del receptor de progesterona (SPRM). Estos medicamentos bloquean la unión de la progesterona a sus receptores, impidiendo sus efectos estimulantes del crecimiento de los miomas. Se ha demostrado que los SPRM reducen el tamaño de los miomas y mejoran los síntomas, y pueden utilizarse tanto en mujeres premenopáusicas como posmenopáusicas. Sin embargo, los datos a largo plazo sobre la seguridad y eficacia de los SPRM siguen siendo limitados.

A las mujeres que no son candidatas a la cirugía o no desean someterse a ella, se les pueden recetar anticonceptivos hormonales, como las píldoras anticonceptivas. Estos medicamentos pueden ayudar a regular los desequilibrios hormonales asociados a los miomas, lo que conduce a una disminución de síntomas como hemorragias abundantes y dolor pélvico. Sin embargo, los anticonceptivos hormonales no reducen ni eliminan los miomas.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento médico de los miomas suele considerarse una solución temporal y puede no ser adecuado para todos los casos. Algunas mujeres pueden experimentar efectos secundarios de los medicamentos, y los miomas pueden volver a crecer una vez suspendido el tratamiento. Lo mejor es consultar con un profesional sanitario para determinar el plan de tratamiento más adecuado en función de las circunstancias individuales.

Extirpación del útero

Extirpación del útero

Cuando otras opciones de tratamiento no son eficaces o no son adecuadas, puede recomendarse la extirpación del útero, conocida como histerectomía, para el tratamiento de los miomas uterinos. La histerectomía es una intervención quirúrgica que consiste en la extirpación del útero y, en ocasiones, también del cuello uterino.

Existen diferentes tipos de procedimientos de histerectomía, entre los que se incluyen:

Histerectomía total

En la histerectomía total se extirpa todo el útero, incluido el cuello uterino. Este es el tipo más común de histerectomía que se realiza para el tratamiento de los miomas uterinos.

Histerectomía parcial

En una histerectomía parcial sólo se extirpa una parte del útero. Este procedimiento puede ser una opción para las mujeres con miomas pequeños y localizados en una zona concreta del útero.

La histerectomía puede realizarse mediante diferentes técnicas quirúrgicas, entre las que se incluyen:

Histerectomía abdominal

Histerectomía abdominal

La histerectomía abdominal consiste en realizar una incisión en el abdomen para acceder al útero y extirparlo. Se trata del tipo de histerectomía más invasivo y suele recomendarse para miomas de gran tamaño o en casos en los que existen otras afecciones médicas que requieren un abordaje abdominal.

Histerectomía vaginal

La histerectomía vaginal se realiza a través de la vagina, sin incisiones externas. Este tipo de histerectomía es adecuada para mujeres con miomas pequeños y es menos invasiva que la histerectomía abdominal. El tiempo de recuperación suele ser más corto con una histerectomía vaginal.

Histerectomía mínimamente invasiva

Las técnicas de histerectomía mínimamente invasiva, como la histerectomía laparoscópica o la histerectomía asistida por robot, consisten en realizar pequeñas incisiones y utilizar instrumentos especializados para extirpar el útero. Estos procedimientos dejan menos cicatrices y permiten una recuperación más rápida que la histerectomía abdominal y vaginal. Sin embargo, pueden no ser adecuadas para todas las mujeres con miomas uterinos en función del tamaño, el número y la localización de los miomas.

Es importante que hable con su médico sobre la mejor opción quirúrgica, teniendo en cuenta el tamaño y la localización de los miomas, su estado general de salud y sus preferencias personales.

Tras la extirpación del útero, la mujer ya no podrá tener hijos. Ésta es una consecuencia irreversible de la histerectomía y debe tenerse muy en cuenta. Además, la extirpación del útero puede provocar cambios en los niveles hormonales, por lo que algunas mujeres pueden experimentar una menopausia precoz. Es importante comentar estas posibles consecuencias con el profesional sanitario antes de tomar una decisión.

En general, la decisión de someterse a una histerectomía para el tratamiento de los miomas uterinos es personal y debe tomarse en consulta con el profesional sanitario tras sopesar los posibles beneficios y riesgos.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Cuáles son los síntomas habituales de los miomas uterinos?

Entre los síntomas más comunes del mioma uterino se encuentran las hemorragias menstruales abundantes, el dolor pélvico, la micción frecuente y la anemia. Sin embargo, algunas mujeres con mioma uterino pueden no experimentar ningún síntoma.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento del mioma uterino?

Las opciones de tratamiento del mioma uterino pueden variar en función de la gravedad de los síntomas y del deseo de tener hijos en el futuro. Algunas opciones de tratamiento habituales son la medicación para controlar los síntomas, los procedimientos mínimamente invasivos para extirpar o reducir el tamaño de los miomas y la extirpación quirúrgica del útero (histerectomía).

¿Qué consecuencias tiene la extirpación de un mioma uterino?

Las consecuencias de la extirpación de un mioma uterino pueden variar en función de la opción de tratamiento elegida. Los procedimientos mínimamente invasivos suelen tener menos riesgos y un tiempo de recuperación más corto en comparación con la extirpación quirúrgica del útero. Sin embargo, la extirpación quirúrgica del útero puede ser necesaria en algunos casos y puede provocar infertilidad, menopausia precoz o cambios en los niveles hormonales.

¿Puede evitarse el mioma uterino?

No siempre es posible evitar la aparición de un mioma uterino, ya que se desconoce la causa exacta. Sin embargo, mantener un estilo de vida saludable con ejercicio regular, una dieta equilibrada y controlar los niveles de estrés puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar un mioma uterino.

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