Psicosomática de la migraña – 10 razones no evidentes por las que puede dolerte la cabeza

Psicosomática de la migraña: 10 razones no evidentes por las que puede dolerte la cabeza

Los dolores de cabeza pueden ser un auténtico suplicio, ¡literalmente! Aunque la mayoría de la gente está familiarizada con los culpables típicos, como el estrés, la deshidratación o la falta de sueño, hay varios factores no evidentes que pueden desencadenar migrañas. Estos psicosomáticos de la migraña menos conocidos pueden sorprenderte y arrojar luz sobre por qué estás experimentando esos dolores de cabeza palpitantes.

1. Agitación emocional: Nuestra mente y nuestro cuerpo están estrechamente conectados, y el malestar emocional puede manifestarse a menudo como síntomas físicos, incluidas las migrañas. La ansiedad, la tristeza, la ira o incluso la excitación intensa pueden contribuir a un dolor de cabeza.

2. Sobrecarga sensorial: Las luces brillantes, los ruidos fuertes, los olores intensos… todos estos estímulos sensoriales pueden abrumar al cerebro y desencadenar un ataque de migraña. Algunas personas son más sensibles a los estímulos sensoriales, lo que las hace propensas a sufrir dolores de cabeza en determinados entornos.

3. Problemas posturales: La postura que adoptamos a lo largo del día puede influir considerablemente en nuestra salud general, incluidos los dolores de cabeza. Una mala postura sobrecarga los músculos del cuello y los hombros, lo que provoca cefaleas tensionales e incluso migrañas.

4. Desencadenantes alimentarios: Ciertos alimentos y bebidas pueden actuar como potentes desencadenantes de las migrañas. Entre los culpables más comunes se encuentran el queso curado, las carnes procesadas, la cafeína, el vino tinto y el glutamato monosódico. Identificar y evitar estos desencadenantes puede ayudar a prevenir futuros dolores de cabeza.

5. Cambios hormonales: Las fluctuaciones en los niveles hormonales, especialmente en las mujeres, pueden causar migrañas. Muchas mujeres experimentan migrañas durante su ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia debido a los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona.

6. Cambios meteorológicos: Aunque pueda parecer sorprendente, las fluctuaciones meteorológicas pueden desempeñar un papel en las migrañas. Los cambios en la presión barométrica, la temperatura, la humedad e incluso los rayos pueden desencadenar dolores de cabeza, sobre todo en individuos susceptibles a estos desencadenantes.

7. Uso excesivo de medicamentos: Irónicamente, los mismos medicamentos que se toman para aliviar los dolores de cabeza pueden provocar a veces un aumento de su frecuencia e intensidad. El uso excesivo de analgésicos o medicamentos para la migraña puede causar dolores de cabeza de rebote, creando un círculo vicioso.

8. Trastornos del sueño: El sueño es crucial para el bienestar general, y las alteraciones en los patrones de sueño pueden contribuir a las migrañas. Afecciones como la apnea del sueño, el insomnio o incluso el desfase horario pueden alterar el sueño y aumentar la probabilidad de padecer cefaleas.

9. Problemas de cuello y mandíbula: Los problemas en el cuello y la mandíbula, como la tensión muscular, el trastorno de la articulación temporomandibular (ATM) o la desalineación de la columna cervical, pueden irradiar el dolor a la cabeza y causar migrañas.

10. Traumatismo no resuelto: Los traumas físicos o emocionales no resueltos en el pasado pueden provocar dolores de cabeza crónicos. El cuerpo almacena las experiencias traumáticas y, si no se procesan, pueden manifestarse como dolores de cabeza o migrañas.

Comprender estos desencadenantes no evidentes de las migrañas puede ayudarle a controlar mejor sus dolores de cabeza. Si sufre migrañas con frecuencia, puede que merezca la pena evaluar estos factores y buscar orientación profesional para encontrar soluciones eficaces.

Síntomas de la migraña

La migraña es una afección neurológica que se caracteriza por fuertes dolores de cabeza. Sin embargo, las migrañas también pueden presentar otros síntomas que pueden variar de una persona a otra. Algunos síntomas comunes de las migrañas incluyen:

1. 1. Dolor pulsátil o palpitante: Las migrañas suelen presentar una sensación pulsátil o palpitante. Esto puede ser bastante intenso y puede afectar a un lado o a ambos lados de la cabeza.

2. 2. Sensibilidad a la luz: Muchas personas con migrañas experimentan sensibilidad a la luz. Esto puede hacer que nos sintamos incómodos en ambientes luminosos e incluso puede desencadenar o empeorar nuestros dolores de cabeza.

3. Sensibilidad al sonido: Del mismo modo, los ruidos fuertes o determinados sonidos también pueden desencadenar los síntomas de la migraña o empeorarlos. Las personas con migraña suelen encontrar alivio en ambientes tranquilos y silenciosos.

4. Náuseas y vómitos: Las náuseas y los vómitos son síntomas comunes asociados a las migrañas. Estos síntomas también pueden aparecer antes de que comience el dolor de cabeza y pueden hacer que nos sintamos extremadamente mal.

5. Alteraciones visuales: Algunas personas pueden experimentar alteraciones visuales antes o durante un ataque de migraña. Estas pueden incluir ver luces parpadeantes, puntos ciegos o patrones en zigzag.

6. Mareos o vértigo: Las migrañas pueden causar una sensación de mareo o vértigo, lo que dificulta mantener el equilibrio o sentirse firme sobre nuestros pies.

7. Fatiga o letargo: Los ataques de migraña pueden dejarnos con una sensación de cansancio y letargo. Esto puede durar horas o incluso días después de que el dolor de cabeza haya remitido.

8. Problemas de concentración y memoria: Muchas personas con migrañas informan de dificultades con la concentración y la memoria durante un ataque. Esto puede afectar a las actividades diarias y al rendimiento laboral.

9. Hormigueo o entumecimiento: Algunos individuos pueden experimentar sensaciones de hormigueo o entumecimiento en la cara, las manos u otras partes del cuerpo durante un ataque de migraña.

10. Cambios de humor: Las migrañas también pueden provocar cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad, ansiedad o depresión. Estos síntomas emocionales pueden aparecer antes, durante o después de un episodio de migraña.

Es importante tener en cuenta que no todas las migrañas son iguales y que los síntomas pueden variar de una persona a otra. Si experimenta dolores de cabeza frecuentes o intensos, se recomienda consultar a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Psicosomática de la migraña

Psicosomática de la migraña

La migraña es una afección compleja que puede tener muchas causas subyacentes, incluidos factores físicos, psicológicos y ambientales. Los factores psicosomáticos, en particular, pueden desempeñar un papel importante en el desencadenamiento y la exacerbación de las migrañas.

Psicosomático se refiere a la conexión mente-cuerpo, en la que los factores psicológicos pueden manifestarse como síntomas físicos. En el caso de las migrañas, el estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos emocionales o psicológicos pueden contribuir a la aparición y gravedad de los dolores de cabeza.

A continuación se exponen 10 razones psicosomáticas no evidentes por las que puede sufrir migrañas:

Es importante comprender que abordar los factores psicosomáticos junto con otros tratamientos médicos puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas. Buscar ayuda profesional, como terapia o asesoramiento, puede ser beneficioso para controlar los síntomas de la migraña y mejorar el bienestar general.

1. Estrés crónico

El estrés crónico es una de las principales causas de migraña, y puede tener un impacto significativo en la frecuencia e intensidad de los dolores de cabeza. Cuando se está sometido a un estrés constante, el organismo libera hormonas del estrés, como el cortisol, que pueden desencadenar migrañas.

Además, el estrés puede provocar tensión muscular y sueño deficiente, dos desencadenantes habituales de las migrañas. Cuando los músculos están tensos, pueden ejercer una presión adicional sobre los nervios y los vasos sanguíneos, lo que provoca dolor de cabeza. Del mismo modo, la falta de sueño puede aumentar la propensión a las migrañas.

Controlar el estrés crónico es crucial para prevenir las migrañas. Algunas estrategias para reducir el estrés son practicar técnicas de relajación como la respiración profunda y la meditación, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente y buscar el apoyo de amigos, familiares o un terapeuta.

Es importante identificar y abordar las causas subyacentes del estrés para controlar eficazmente las migrañas. Esto puede implicar hacer cambios en tu estilo de vida, establecer límites o buscar ayuda profesional si es necesario.

2. Ansiedad

La ansiedad es un trastorno mental frecuente que puede causar diversos síntomas físicos, como dolores de cabeza. Cuando se experimenta ansiedad, se activa la respuesta del organismo al estrés, lo que provoca cambios en el flujo sanguíneo y en las sustancias químicas del cerebro. Estos cambios pueden desencadenar una migraña.

Las investigaciones han demostrado que las personas con trastornos de ansiedad son más propensas a sufrir migrañas. De hecho, los estudios han revelado que hasta el 60% de las personas con migraña crónica padecen también un trastorno de ansiedad.

La ansiedad también puede aumentar la tensión muscular en el cuello y los hombros, lo que puede contribuir al dolor de cabeza. Además, la ansiedad puede provocar una mala calidad del sueño, que es otro desencadenante habitual de las migrañas.

Si sospecha que la ansiedad puede estar contribuyendo a sus migrañas, es importante buscar tratamiento para ambas afecciones. Esto puede implicar terapia, medicación, técnicas de control del estrés y cambios en el estilo de vida.

También es importante practicar el autocuidado y realizar actividades que favorezcan la relajación y la reducción del estrés. Esto puede incluir ejercicio, meditación, ejercicios de respiración profunda y pasar tiempo con los seres queridos.

Al abordar y controlar la ansiedad, es posible que pueda reducir la frecuencia y la gravedad de sus migrañas.

3. Baja autoestima

3. Baja autoestima

Tener baja autoestima puede contribuir a las migrañas de varias maneras. En primer lugar, las personas con baja autoestima pueden experimentar mayores niveles de estrés, lo que puede desencadenar migrañas. Además, la baja autoestima puede conducir a patrones de pensamiento negativos y sentimientos de inutilidad, lo que agrava aún más los síntomas de la migraña.

Las personas con baja autoestima también pueden adoptar mecanismos de afrontamiento poco útiles, como el exceso de trabajo, la preocupación excesiva o los malos hábitos de sueño, que pueden aumentar la probabilidad de padecer migrañas.

Además, las personas con baja autoestima pueden ser más susceptibles a los factores estresantes y conflictos externos, que pueden actuar como desencadenantes de las migrañas. También pueden tener dificultades para expresar sus emociones y establecer límites, lo que provoca conflictos internos y estrés adicional.

Para controlar las migrañas relacionadas con la baja autoestima, es importante abordar los problemas emocionales subyacentes y trabajar para mejorar la autoestima. Acudir a terapia, participar en actividades de autocuidado y practicar afirmaciones positivas pueden ayudar a las personas a construir un sentido más saludable de sí mismas y reducir la frecuencia y la gravedad de las migrañas.

4. Depresión

4. Depresión

La depresión puede ser un factor importante en el desarrollo y empeoramiento de las migrañas. La conexión entre estas dos afecciones es compleja y multidireccional.

Por un lado, las personas que padecen migrañas crónicas pueden experimentar síntomas depresivos debido al impacto de los dolores de cabeza en su calidad de vida. El dolor constante, la interrupción de las actividades cotidianas y las limitaciones impuestas por las migrañas pueden provocar sentimientos de tristeza, frustración y desesperanza.

Por otra parte, la propia depresión puede aumentar la probabilidad de desarrollar migrañas. Los mecanismos exactos que subyacen a esta relación no se conocen del todo, pero los investigadores han identificado varios posibles factores contribuyentes. Entre ellos se incluyen factores genéticos compartidos, alteraciones en los niveles de neurotransmisores, inflamación y cambios en las vías de procesamiento del dolor.

Es importante señalar que el tratamiento de la depresión puede ayudar a aliviar las migrañas y viceversa. Controlar el estrés, hacer ejercicio con regularidad, practicar técnicas de relajación y acudir a terapia o medicación cuando sea necesario pueden ser eficaces para reducir tanto los síntomas depresivos como las migrañas.

Si experimentas migrañas y sospechas que la depresión puede ser un factor contribuyente, es esencial hablar con un profesional de la salud que pueda proporcionar un diagnóstico adecuado y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

5. Irritabilidad

La irritabilidad puede no parecer una causa obvia de las migrañas, pero en realidad puede desempeñar un papel importante. Cuando te sientes irritable, tu cuerpo experimenta estrés y tensión, lo que puede desencadenar una migraña.

La conexión exacta entre irritabilidad y migrañas no se conoce del todo, pero se cree que la liberación de ciertas sustancias químicas en el cerebro durante los momentos de irritabilidad puede influir en la vasodilatación y constricción de los vasos sanguíneos, lo que provoca migrañas.

Además, cuando uno se siente irritable, es más probable que apriete la mandíbula, frunza el ceño o tense los músculos, todo lo cual puede contribuir al dolor de cabeza. La tensión causada por la irritabilidad también puede provocar una mala calidad del sueño, que es otro desencadenante conocido de las migrañas.

Para ayudar a prevenir las migrañas causadas por la irritabilidad, es importante encontrar formas saludables de controlar el estrés y reducir la tensión. Practicar técnicas de relajación como ejercicios de respiración profunda, meditación o yoga puede ser útil. El ejercicio regular, dormir lo suficiente y practicar un buen cuidado personal también pueden contribuir a un estado emocional más saludable y reducir potencialmente la frecuencia e intensidad de las migrañas.

6. Ofensividad

Las migrañas pueden desencadenarse por olores desagradables. Los olores fuertes de perfumes, productos químicos de limpieza, humo de cigarrillo o incluso ciertos alimentos pueden provocar dolor de cabeza. Si es sensible a ciertos olores, es importante evitarlos en la medida de lo posible para prevenir las migrañas.

Además, la susceptibilidad emocional o sentirse ofendido por alguien o algo también puede provocar una migraña. El estrés, la ira o los sentimientos de resentimiento pueden contribuir al desarrollo de un dolor de cabeza. Es crucial controlar los niveles de estrés y abordar cualquier conflicto emocional para reducir la probabilidad de padecer migrañas.

Aunque los olores y las emociones desagradables no siempre son la causa directa de una migraña, sí pueden actuar como desencadenantes para las personas que ya son propensas a padecer dolores de cabeza. Identificar y evitar estos desencadenantes puede ayudar en la gestión y prevención de las migrañas.

7. Deseo de controlarlo todo

Un fuerte deseo de controlarlo todo puede ser una causa oculta de las migrañas. Las personas que tienen necesidad de control pueden experimentar un aumento del estrés y la ansiedad cuando las cosas no salen según lo previsto, lo que provoca cefaleas tensionales o migrañas.

Cuando alguien tiene un fuerte deseo de controlarlo todo, suele sentirse abrumado cuando las situaciones escapan a su control. Esto puede provocar tensión muscular, especialmente en el cuello y los hombros, lo que puede desencadenar migrañas.

Además, las personas con necesidad de control pueden experimentar mayores niveles de estrés, ya que se esfuerzan constantemente por alcanzar la perfección y suelen ser autocríticas. El estrés es un desencadenante habitual de las migrañas, por lo que es importante que las personas con un fuerte deseo de control encuentren formas saludables de controlar y reducir el estrés.

Aprender a dejar de lado la necesidad de control y aceptar que las circunstancias imprevistas son una parte normal de la vida puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de las migrañas. Las técnicas de atención plena, como la meditación y los ejercicios de respiración profunda, pueden ser beneficiosas para controlar el estrés y favorecer la relajación.

Si descubre que su deseo de control le provoca frecuentes dolores de cabeza o migrañas, puede resultarle útil buscar el apoyo de un terapeuta o consejero. Pueden ayudarte a explorar las causas subyacentes de tu deseo de control y proporcionarte estrategias para controlar el estrés y la ansiedad.

8. Insatisfacción con la vida

En algunos casos, las migrañas pueden estar desencadenadas por la insatisfacción vital. Cuando una persona se siente insatisfecha con diversos aspectos de su vida, como su carrera, sus relaciones o sus objetivos personales, puede manifestar síntomas físicos como las migrañas.

El estrés y la insatisfacción constantes pueden provocar cefaleas tensionales, que pueden convertirse en migrañas si no se tratan. Esta conexión psicosomática es una clara indicación de que nuestro bienestar emocional y mental puede tener un impacto significativo en nuestra salud física.

Es importante evaluar nuestra satisfacción general con la vida e identificar las áreas que necesitan mejorar. Abordar estos problemas subyacentes no sólo puede ayudar a aliviar las migrañas, sino también a mejorar nuestra calidad de vida en general.

La terapia o el asesoramiento pueden ser beneficiosos para ayudar a las personas a explorar su insatisfacción y desarrollar estrategias para realizar cambios positivos. Además, participar en actividades que reduzcan el estrés, como el ejercicio, la meditación o las aficiones, también puede desempeñar un papel crucial en el control de las migrañas causadas por la insatisfacción con la vida.

Recuerda, es esencial priorizar el autocuidado y tomar medidas para mejorar nuestro bienestar emocional para reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas asociadas a la insatisfacción con la vida.

9. Miedo al cambio

9. 10. Miedo al cambio

Una razón no evidente de las migrañas es el miedo al cambio. A muchas personas les cuesta adaptarse a situaciones nuevas, ya sea un nuevo trabajo, una nueva relación o un cambio de rutina. Este miedo puede manifestarse en forma de tensión y estrés, y provocar migrañas.

Cuando nos enfrentamos a un cambio, la respuesta natural del organismo es entrar en un estado de mayor alerta. Esto puede desencadenar la liberación de hormonas del estrés, como la adrenalina, que pueden contraer los vasos sanguíneos y aumentar la tensión muscular. Estos cambios fisiológicos pueden contribuir a la aparición de migrañas.

Además, el miedo al cambio también puede crear una carga psicológica, haciendo que las personas se preocupen en exceso y rumien los posibles resultados negativos. Este estado de preocupación constante puede contribuir al estrés y la ansiedad, que son desencadenantes conocidos de las migrañas.

Para abordar este problema, es importante que las personas reconozcan y aborden su miedo al cambio. La terapia, como la cognitivo-conductual, puede ser útil para desafiar y cambiar los patrones de pensamiento negativos asociados al cambio. Aprender técnicas de relajación, como la respiración profunda y la atención plena, también puede ayudar a reducir el estrés y promover el bienestar general.

En conclusión, es importante reconocer el papel que el miedo al cambio puede desempeñar en las migrañas. Al abordar este problema subyacente y encontrar formas saludables de hacer frente al cambio, las personas pueden ser capaces de reducir la frecuencia y la gravedad de sus dolores de cabeza.

10. Exceso de trabajo

Una de las principales causas de las migrañas es el estrés excesivo y el exceso de trabajo. Exigirse demasiado, tanto física como mentalmente, puede provocar cefaleas tensionales o migrañas. Las largas jornadas de trabajo, los plazos constantes y la falta de descansos pueden contribuir a la aparición de migrañas.

Cuando se está sometido a mucho estrés, los músculos se tensan, incluidos los de la cabeza y el cuello. Esto puede provocar cefaleas tensionales o migrañas. Además, el estrés también puede desencadenar otras migrañas, como dormir mal, comer de forma irregular y la deshidratación.

Para prevenir las migrañas causadas por el exceso de trabajo, es importante encontrar un equilibrio entre trabajo y descanso. Hacer pausas regulares, practicar técnicas de relajación y dormir lo suficiente pueden ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de las migrañas.

También es importante gestionar la carga de trabajo y priorizar las tareas. Aprenda a decir no cuando se sienta abrumado y delegue tareas siempre que sea posible. Cuidar su salud física y mental debe ser una prioridad para prevenir las migrañas causadas por el exceso de trabajo.

Tratamiento de la migraña según la psicosomática

La terapia psicosomática puede ser un enfoque eficaz para tratar las migrañas. Este enfoque se centra en la conexión entre la mente y el cuerpo, y pretende abordar los factores psicológicos y emocionales subyacentes que pueden estar contribuyendo a la aparición de migrañas. Los siguientes son aspectos clave del tratamiento según la psicosomática:

  1. Identificar y abordar los factores estresantes: El estrés es un desencadenante común de las migrañas, y la terapia psicosomática pretende identificar los factores estresantes específicos en la vida de un individuo y desarrollar estrategias para gestionarlos y reducirlos.
  2. Exploración de patrones emocionales: La terapia psicosomática consiste en explorar cómo las emociones, como la ira o la tristeza reprimidas, pueden manifestarse en forma de síntomas físicos como las migrañas. Al abordar y procesar estas emociones, las personas pueden experimentar una reducción de la frecuencia y la intensidad del dolor de cabeza.
  3. Desarrollo de mecanismos de afrontamiento: La terapia se centra en enseñar a los individuos mecanismos de afrontamiento saludables para gestionar el estrés y las emociones. Esto puede incluir técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, y la exploración de actividades que promuevan el bienestar emocional, como el ejercicio o las salidas creativas.
  4. Evaluar los factores del estilo de vida: La terapia psicosomática anima a las personas a evaluar su estilo de vida y hacer los ajustes necesarios. Esto puede implicar mejorar los patrones de sueño, mantener una dieta equilibrada e incorporar el ejercicio regular a las rutinas diarias.
  5. Mejorar las prácticas de autocuidado: El autocuidado es un componente esencial de la terapia psicosomática para el tratamiento de la migraña. Esto puede implicar establecer límites, aprender a decir no y dar prioridad a las actividades de autocuidado que promueven la relajación y reducen el estrés.
  6. Mejorar la autoconciencia: La terapia psicosomática hace hincapié en la importancia de la autoconciencia para controlar las migrañas. Al estar más en sintonía con su cuerpo y sus emociones, las personas pueden aprender a reconocer las primeras señales de alarma y tomar medidas proactivas para prevenir las migrañas.
  7. Hacer terapia: Trabajar con un psicoterapeuta o consejero cualificado puede ser una parte integral del proceso de tratamiento. Pueden proporcionar orientación, apoyo y un espacio seguro para explorar y abordar los factores psicológicos y emocionales que contribuyen a las migrañas.

Es importante señalar que la terapia psicosomática debe utilizarse como complemento del tratamiento médico y no como sustituto. Las personas que sufren migrañas deben consultar a un profesional sanitario para recibir un diagnóstico adecuado y crear un plan de tratamiento apropiado que puede incluir intervenciones médicas y psicosomáticas.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Por qué tengo migrañas?

Las migrañas pueden tener diversas causas, como cambios hormonales, estrés, ciertos alimentos y bebidas, factores ambientales y predisposición genética. Es importante identificar los factores desencadenantes específicos de cada persona y controlarlos para prevenir las migrañas.

¿Puede el estrés provocar migrañas?

Sí, el estrés es un desencadenante habitual de las migrañas. Cuando uno está estresado, el cuerpo libera ciertas sustancias químicas que pueden hacer que los vasos sanguíneos del cerebro se contraigan y luego se dilaten, provocando una migraña. Controlar el estrés mediante técnicas de relajación, ejercicio y cambios en el estilo de vida puede ayudar a aliviar las migrañas.

¿Qué papel desempeña la dieta en las migrañas?

La dieta puede desempeñar un papel importante en el desencadenamiento de las migrañas. Se sabe que determinados alimentos y bebidas, como la cafeína, el chocolate, los quesos curados, el alcohol y las carnes procesadas, desencadenan migrañas en algunas personas. Llevar un diario de alimentos e identificar los posibles desencadenantes puede ayudar a controlar las migrañas evitando esos alimentos específicos.

¿Las migrañas son hereditarias?

Sí, las migrañas pueden tener un componente genético. Si uno o ambos progenitores padecen migrañas, aumentan las probabilidades de que usted también las padezca. Sin embargo, la predisposición genética sólo aumenta el riesgo y no garantiza que vaya a padecer migrañas.

¿Por qué los factores ambientales desencadenan migrañas?

Factores ambientales como las luces brillantes, los olores fuertes, ciertas condiciones meteorológicas (como los cambios en la presión barométrica) y los ruidos fuertes pueden desencadenar migrañas en algunas personas. Conocer estos factores desencadenantes y evitarlos siempre que sea posible puede ayudar a prevenir las migrañas.

¿Qué es una migraña?

Una migraña es una afección neurológica que suele caracterizarse por fuertes dolores de cabeza, a menudo acompañados de diversos síntomas como náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y el sonido.

¿Pueden el estrés y la ansiedad desencadenar migrañas?

Sí, el estrés y la ansiedad pueden ser desencadenantes habituales de migrañas. El estrés emocional, al igual que el físico, puede provocar la aparición de una migraña.

Exploración de la biobelleza