Ser voluntario en un refugio de animales puede ser una montaña rusa de emociones. Desde momentos conmovedores de conexión con animales necesitados hasta encuentros desgarradores con el maltrato y el abandono, estas entregadas personas lo han visto todo. Pero una cosa es cierta: no dirigen un zoo de contacto.
Cuando la gente piensa en los refugios de animales, suele imaginarse un lugar al que pueden llevar a sus hijos para que acaricien a los animales y pasen una tarde divertida. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Los refugios de animales no son parques de atracciones ni zoológicos de mascotas; son lugares de rehabilitación y cuidado de animales abandonados, maltratados o desatendidos.
Como dijo un voluntario: «No estamos aquí para ofrecer una actividad divertida a los niños. Nuestro principal objetivo es el bienestar y la seguridad de los animales. Ya han sufrido suficientes traumas, y no podemos arriesgarnos a que sufran más estrés o posibles daños permitiendo el contacto no supervisado con niños pequeños.»
Los voluntarios de los refugios de animales desempeñan un papel crucial para garantizar el bienestar físico y emocional de los animales a su cuidado. Limpian las jaulas, proporcionan comida y agua, administran medicamentos y dedican un tiempo precioso a cada animal para ayudarle a curarse y recuperar la confianza en los humanos. Es una labor de amor que requiere paciencia, empatía y un profundo conocimiento del comportamiento animal.
Elena Rovkova, 29 años: «Tenemos que advertir que no somos un zoo de contacto».
He sido voluntaria en el refugio de animales durante los últimos tres años, y ha sido una experiencia gratificante y satisfactoria. Sin embargo, una cosa que me sorprende constantemente es la idea errónea de que somos un zoo de contacto. Mucha gente viene al refugio esperando interactuar libremente con los animales, trayendo a sus hijos como si fuera una excursión divertida.
Aunque entendemos el deseo de conectar con los animales, es importante recordar que nuestro principal objetivo es proporcionarles un entorno seguro y enriquecedor. Los animales del refugio proceden de diversos entornos y pueden haber sufrido traumas o malos tratos. Por lo tanto, es crucial tratarlos con cuidado y respetar sus límites.
Nuestros voluntarios reciben una formación exhaustiva para comprender las necesidades y comportamientos de los animales que cuidamos. Aprendemos a acercarnos a ellos, a leer su lenguaje corporal y a crear un clima de confianza. No se trata sólo de jugar con animales bonitos; se trata de garantizar su bienestar y ayudarles a encontrar hogares cariñosos.
Los niños, en particular, deben estar supervisados en todo momento cuando visitan el refugio. Los animales pueden ser imprevisibles, sobre todo si han tenido un pasado difícil. Hemos tenido incidentes en los que los niños han intentado tocar o acariciar a un animal sin darse cuenta de que puede sentirse amenazado o asustado.
Por eso, aunque nos encanta educar y relacionarnos con la comunidad, tenemos que instar a los visitantes a que entiendan que no somos un zoo de contacto. Nuestro objetivo principal es el bienestar y la rehabilitación de los animales. Ofrecemos oportunidades para que la gente aprenda sobre la tenencia responsable de mascotas, pero es esencial recordar que nuestra prioridad es el bienestar de los animales.
Si está interesado en ser voluntario o visitar el refugio, le animamos a que se ponga en contacto con nosotros y concierte una cita. De este modo, nos aseguraremos de que su experiencia sea significativa y educativa, respetando al mismo tiempo las necesidades de los animales y su camino hacia la búsqueda de un hogar definitivo.
Kristina Dileeva, 37 años: «No envenenaré a mis perros con tus sobras, cómetelas tú. No somos un vertedero».
Kristina Dileeva , voluntaria de un refugio de animales, se muestra inflexible sobre el bienestar de los perros a su cargo. Ha sido testigo de numerosos casos en los que la gente deja sus sobras no deseadas como si el refugio fuera un vertedero.
Con férrea determinación, Kristina se niega a alimentar a sus perros con sobras que puedan ser perjudiciales para su salud. Cree firmemente que todo ser vivo merece ser tratado con respeto y dignidad. A sus ojos, estos animales abandonados merecen mucho más que las sobras de alguien.
Subraya que el refugio no es un lugar donde la gente pueda dejar sus objetos no deseados, ya sea comida u otras pertenencias. Los perros a su cuidado merecen una nutrición adecuada, amor y atención, no las sobras de alguien.
La dedicación de Kristina al bienestar de los animales pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan los refugios de animales y sus voluntarios. Su principal objetivo es ofrecer un entorno seguro y afectuoso a los animales necesitados, no servir de vertedero para los objetos no deseados de la gente.
Su apasionado alegato sirve para recordar a todo el mundo que los refugios de animales no son un zoo de contacto ni un vertedero. Son refugios para animales abandonados, desatendidos o maltratados, que merecen el máximo cuidado y compasión.
«No somos un zoo de contacto», afirma Kristina con firmeza. «No puede dejar a los niños con nosotros, igual que no puede dejar sus objetos no deseados. Existimos para dar a estos animales la oportunidad de una vida mejor, y no se merecen menos».
Yulia Epanchintseva, 30 años: «Gente, ni yo ni mis cargas tenemos motivos para confiar en vosotros».
Yulia Epanchintseva, voluntaria de un refugio de animales de 30 años, comparte su perspectiva sobre los retos a los que se enfrenta en su función. Destaca la importancia de la confianza entre humanos y animales, y cómo a menudo falta.
Como explica Yulia: «La gente suele venir al refugio pensando que es un lugar para entretener a sus hijos o para experimentar un ambiente de zoológico de contacto. Pero esa no es la realidad. Estamos aquí para proporcionar un entorno seguro y enriquecedor a los animales, no para entretener a los visitantes.»
La principal preocupación de Yulia es la falta de confianza entre los humanos y los animales a su cuidado. Explica: «Muchos de estos animales han sido maltratados o abandonados. Ya han sufrido muchos traumas y necesitan tiempo y paciencia para curarse. Es esencial que nos ganemos su confianza y creemos un espacio seguro para ellos».
Yulia también subraya la importancia de la confianza entre los humanos y el personal del refugio. Dependemos unos de otros para garantizar el bienestar de estos animales. Es crucial contar con un equipo de voluntarios y personal dedicados y compasivos que se preocupen de verdad por los animales y estén dispuestos a dedicarles tiempo y esfuerzo».
Generar confianza requiere tiempo y constancia
Yulia sabe que no es fácil ganarse la confianza de los animales que cuida. Requiere paciencia, comprensión y constancia. A menudo estos animales han vivido experiencias traumáticas y pueden tener miedo o estar a la defensiva. Nuestro trabajo es demostrarles que no todos los humanos son malos y que pueden confiar en nosotros».
Yulia y sus compañeros voluntarios pasan tiempo con los animales, creando poco a poco un vínculo mediante una interacción suave y constante. Hay que darles espacio para que exploren y nos conozcan a su ritmo. Se trata de ganarnos su confianza con experiencias positivas y asegurarnos de que se sienten seguros».
El papel de la educación y la concienciación
Yulia cree que educar al público sobre el cuidado y la comprensión de los animales es crucial para generar confianza y promover la tenencia responsable de mascotas. Mucha gente no se da cuenta del tiempo, el esfuerzo y la responsabilidad que supone cuidar de un animal. Aumentando la concienciación podemos prevenir casos de maltrato y abandono».
Yulia también destaca la importancia de educar a los niños sobre los animales y sus necesidades. Explica: «A menudo los niños no son conscientes de cómo sus acciones pueden afectar a los animales. Es importante enseñarles empatía y respeto hacia todos los seres vivos».
En conclusión, los sinceros relatos de Yulia Epanchintseva arrojan luz sobre los retos a los que se enfrentan los voluntarios de los refugios de animales y la importancia de la confianza en su trabajo. La confianza es esencial no sólo entre humanos y animales, sino también entre el personal del refugio y el público. Mediante la educación, la concienciación y un esfuerzo constante, Yulia y sus compañeros voluntarios se esfuerzan por crear un entorno seguro y afectuoso para los animales a su cuidado.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿De qué trata el artículo?
El artículo trata de las experiencias de los voluntarios de los refugios de animales y de las ideas erróneas que la gente tiene de ellos.
¿Por qué la gente deja a sus hijos en los refugios de animales?
Algunas personas creen erróneamente que los refugios de animales son como zoológicos de contacto donde pueden dejar a sus hijos para que jueguen e interactúen con los animales.
¿Qué hacen los voluntarios?
Los voluntarios ayudan a cuidar a los animales, limpiar sus jaulas, darles de comer y proporcionarles cariño y atención.
¿Qué ideas equivocadas tiene la gente sobre los refugios de animales?
Algunas personas creen que los refugios de animales son como hoteles donde pueden dejar a sus mascotas cada vez que se van de vacaciones, y que los refugios se encargan de encontrar nuevos hogares para los animales abandonados.
¿Por qué se sienten frustrados los voluntarios de los refugios de animales?
Los voluntarios de los refugios de animales se sienten frustrados porque tienen que tratar con personas que no entienden el propósito de los refugios y dejan a sus hijos o mascotas sin la supervisión adecuada.
¿Cómo puedo ser voluntario en un refugio de animales?
Para ser voluntario en un refugio de animales, puedes empezar por investigar los refugios locales de tu zona. Cada refugio puede tener requisitos y procesos de solicitud específicos, por lo que es importante ponerse en contacto con ellos directamente. Es posible que le pidan que rellene un formulario de solicitud, que asista a una sesión de orientación o formación y que posiblemente facilite referencias o se someta a una comprobación de antecedentes. Una vez que te acepten como voluntario, podrás empezar a ayudar en diversas tareas, como limpiar los recintos de los animales, pasear a los perros, relacionarte con los animales o incluso ayudar en tareas administrativas. El voluntariado en un refugio de animales puede ser una experiencia gratificante, ya que tendrá un impacto positivo en la vida de los animales necesitados.
¿Cuáles son algunos de los retos a los que se enfrentan los voluntarios de un refugio de animales?
Los voluntarios de los refugios de animales se enfrentan a varios retos en su trabajo. Uno de los principales es afrontar la carga emocional que supone ver animales en peligro o que sufren abandono o malos tratos. Puede ser desgarrador ser testigo de su dolor y no siempre poder ayudarles de inmediato. Los voluntarios también pueden enfrentarse a problemas relacionados con la escasez de recursos y financiación, que pueden afectar al nivel de cuidados que pueden prestar a los animales. Además, los voluntarios a menudo tienen que enfrentarse a la idea errónea de que los refugios no son más que «zoológicos de contacto» donde la gente puede dejar a sus hijos o venir a entretenerse. Educar al público sobre la finalidad y las limitaciones de los refugios de animales puede ser un reto constante. A pesar de estos retos, los voluntarios de los refugios siguen dedicando su tiempo y esfuerzo a mejorar la vida de los animales necesitados.