Los obsesos del control son personas que tienen una necesidad compulsiva de manipular y dominar a los demás. Su comportamiento tóxico puede causar estragos en la vida de quienes tienen la mala suerte de mantener una relación con ellos.
En este artículo, nos adentramos en las historias de personas que fueron víctimas de los obsesos del control y cómo sus vidas se vieron profundamente afectadas. Los relatos de primera mano nos recuerdan con crudeza el daño psicológico que pueden infligir estos individuos.
Anna, contable de 32 años, nos cuenta su experiencia:
«Al principio me sentí atraída por la seguridad y asertividad de mi marido, pero pronto me di cuenta de que su necesidad de control iba mucho más allá de un nivel saludable. Controlaba todos mis movimientos, desde lo que me ponía hasta con quién hablaba. Poco a poco, perdí el contacto con mis amigos y mi familia, y mi autoestima cayó en picado».
Comenta la Dra. Sarah Thompson, psicóloga especializada en relaciones abusivas:
«Los obsesos del control suelen aislar a sus víctimas de sus redes de apoyo. Esto no sólo les permite ejercer un mejor control sobre sus víctimas, sino que también dificulta que éstas busquen ayuda o escapen de la situación abusiva. El impacto psicológico puede ser grave, y a menudo provoca ansiedad, depresión y pérdida de identidad».
1 Svetlana Abrosimova: «¿Por qué los adultos deben pedir permiso para ir a un museo o a un bar?»
Svetlana Abrosimova comparte su historia de estar controlada por su marido, que le exigía que pidiera permiso para cada decisión de su vida, incluida la de ir a un museo o a un bar.
Durante años, Svetlana se vio atrapada en una relación tóxica en la que su marido controlaba todos los aspectos de su vida. La vigilaba constantemente, tenía que informar de su paradero y no podía tomar ninguna decisión sin su aprobación.
Svetlana se pregunta por qué los adultos tienen que pedir permiso para actividades tan sencillas como ir a un museo o a un bar. Cree que cada persona debe tener libertad para tomar sus propias decisiones y perseguir sus propios intereses, sin estar sujeta al control de otra persona.
Ser controlado por la pareja o un familiar puede suponer una importante pérdida de autonomía personal y autoestima. Los psicólogos coinciden en que los obsesos del control suelen tener inseguridades muy arraigadas y una necesidad de poder y dominio. Manipulan y restringen a sus víctimas para mantener el control y ejercer dominio sobre sus vidas.
Liberarse de una relación controladora no es fácil, pero es esencial para reconstruir el sentido de uno mismo. La historia de Svetlana sirve para recordar que todo el mundo merece tener autonomía sobre su propia vida y no debería tener que pedir permiso para disfrutar de simples libertades.
Reconocer los signos de un obseso del control y buscar ayuda de profesionales, como terapeutas o consejeros, puede ser crucial para liberarse de sus garras. Es importante recordar que ser controlado no es un reflejo de la valía de una persona, y que hay apoyo disponible para quienes han experimentado situaciones de este tipo.
En última instancia, la historia de Svetlana pone de relieve la importancia de afirmar los límites personales y reclamar la propia libertad. Nadie debería vivir bajo el control constante de otra persona, y todo el mundo merece tener autonomía para tomar sus propias decisiones y vivir su vida al máximo.
Comentario de un experto
Los obsesos del control pueden tener un impacto profundamente negativo en sus víctimas, causándoles importantes daños psicológicos y minando su sentido de sí mismos. Las víctimas suelen decir que se sienten manipuladas, atrapadas y despojadas de su autonomía. La necesidad de poder y dominio del obseso del control puede estar motivada por inseguridades profundamente arraigadas, el deseo de mantener su propia sensación de control o la necesidad de ejercer autoridad. Pueden utilizar tácticas como la luz de gas, el aislamiento y la crítica constante para establecer y mantener su control.
Es importante que las víctimas reconozcan los signos de control y busquen ayuda de profesionales de la salud mental, como los psicólogos, que pueden proporcionarles apoyo y ayudarles a liberarse del ciclo de abusos. La terapia puede ayudar a reconstruir la autoestima y a desarrollar estrategias de afrontamiento para superar el trauma sufrido.
Los psicólogos también pueden desempeñar un papel crucial ayudando a los obsesos del control a comprender las razones subyacentes de su comportamiento y proporcionándoles estrategias para interactuar de forma más sana con los demás. Al abordar sus inseguridades y aprender métodos alternativos de comunicación y resolución de problemas, los fanáticos del control pueden empezar a crear relaciones más sanas basadas en la confianza, el respeto y la comprensión mutua.
2 Oksana Belyaeva: «Mi marido me destruyó como persona»
Oksana Belyaeva, una valiente superviviente, comparte su desgarradora historia de ser víctima de un obseso del control. Explica cómo el comportamiento manipulador de su marido erosionó gradualmente su autoestima e independencia, dejándola aplastada y disminuida.
Desde fuera, el matrimonio de Oksana parecía perfecto. Sin embargo, a puerta cerrada, su marido ejercía control sobre todos los aspectos de su vida. La aislaba de amigos y familiares, vigilaba constantemente su paradero y criticaba todos sus movimientos. Oksana sufría un gaslighting incesante, en el que se tergiversaba su realidad, haciéndola dudar de sus propias percepciones y sentimientos.
Este entorno asfixiante llevó a Oksana a perder el sentido de sí misma. Se convirtió en una cáscara de la mujer vibrante y segura de sí misma que fue. Las constantes críticas y menosprecios de su marido hicieron mella en su salud mental, provocándole ansiedad y depresión.
Pero la historia de Oksana no acaba ahí. Con el apoyo de amigos y terapia, encontró la fuerza para liberarse del control de su marido. Poco a poco recuperó su autoestima y reconstruyó su vida. Oksana trabaja ahora como defensora de las víctimas de los controladores, compartiendo su experiencia para ayudar a otros a reconocer y escapar de relaciones tóxicas similares.
Los psicólogos subrayan que el trauma causado por los obsesos del control puede ser duradero. Las víctimas suelen necesitar ayuda profesional para curarse de las cicatrices emocionales. Comprender la dinámica del control y la manipulación es crucial para que las víctimas recuperen el control de sus vidas.
La historia de Oksana es un poderoso recordatorio de que nadie merece ser controlado o manipulado. Destaca la importancia de la concienciación, el apoyo y la intervención para ayudar a las personas a liberarse de las garras de los obsesos del control.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cómo manipulan a sus víctimas los obsesos del control?
Los obsesos del control manipulan a sus víctimas utilizando diversas tácticas, como la crítica, la luz de gas, el aislamiento, la intimidación y el abuso emocional. Ejercen poder y control sobre sus víctimas haciéndolas dudar de sus propias capacidades, aislándolas de sus amigos y familiares y creándoles un estado constante de miedo y ansiedad.
¿Cuáles son los signos de una relación con un controlador?
Algunos signos de estar en una relación con un obseso del control incluyen sentirse constantemente criticado, tener poco o ningún control sobre sus propias decisiones, sentirse aislado de amigos y familiares, experimentar ansiedad o miedo frecuentes y sentir que camina sobre cáscaras de huevo a su alrededor. También pueden intentar controlar aspectos de su vida como sus finanzas, su aspecto o sus interacciones sociales.
¿Se puede cambiar o ayudar a los obsesos del control?
Aunque es difícil que los obsesos del control cambien su comportamiento, con el apoyo y la terapia adecuados, es posible que aborden sus tendencias controladoras. Reconocer el problema y estar dispuesto a buscar ayuda es el primer paso hacia el cambio. La terapia puede ayudarles a desarrollar formas más sanas de gestionar sus emociones y relaciones.
¿Qué consecuencias puede tener para la salud mental convivir con un controlador?
Vivir con un controlador puede tener graves consecuencias para la salud mental. Las víctimas suelen experimentar baja autoestima, ansiedad, depresión y sensación de impotencia. Pueden perder su sentido de la identidad y aislarse de amigos y familiares. La manipulación constante y el abuso emocional pueden provocar daños psicológicos a largo plazo.
¿Cómo liberarse de una relación controladora?
Liberarse de una relación controladora puede ser difícil, pero es posible. Es importante que la víctima busque el apoyo de amigos, familiares o profesionales. Debe crear un plan de seguridad, reunir pruebas del control y el abuso, y considerar la posibilidad de buscar protección legal si es necesario. La terapia también puede ser útil para reconstruir la autoestima y aprender límites saludables.