Era un día cualquiera en el trabajo. El ajetreo habitual, el timbre de los teléfonos, el chasquido de los teclados. Pero en medio del caos, había una persona que sobresalía del resto. Esos penetrantes ojos azules y esos labios ligeramente entreabiertos que parecían guardar un secreto.
No pude evitar sentirme atraído por mi compañero de trabajo. Había algo en su forma de comportarse, la confianza tranquila y el aire de misterio que les rodeaba. Cada vez que podía, le lanzaba miradas furtivas, intentando vislumbrar su sonrisa, su risa.
Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Y cada día que pasaba, mi enamoramiento se hacía más fuerte. Soñaba despierta con pausas para tomar café juntos, miradas robadas en la oficina y conversaciones susurradas en rincones apartados. Pero sabía que tenía que andarme con cuidado, porque los romances en el trabajo suelen ser un arma de doble filo.
Pero el destino nos tenía reservado algo más. Un encuentro casual fuera del trabajo dio lugar a una conversación que lo cambiaría todo. Descubrimos intereses comunes, sueños similares y una conexión innegable. Fue como si el universo nos dijera que esto estaba destinado a suceder.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cómo conoció el autor a su compañero de trabajo?
El autor conoció a su compañero de trabajo en su lugar de trabajo.
¿Por qué se enamoró el autor de su compañero de trabajo?
El autor se enamoró de su compañero de trabajo por sus bonitos ojos azules y sus atractivos labios.
¿La compañera de trabajo de la autora le correspondió?
No se menciona en el artículo si el compañero de trabajo correspondía al autor.
¿Expresó alguna vez el autor sus sentimientos a su compañero de trabajo?
El artículo no menciona si el autor expresó alguna vez sus sentimientos a su compañero de trabajo.