En el vertiginoso mundo actual, no es raro encontrarse con individuos que muestran un comportamiento infantil, incluso bien entrada la edad adulta. Estas personas, a las que a menudo se denomina «kidalts», tienen dificultades para asumir sus responsabilidades de adultos y tienden a depender de los demás para satisfacer sus necesidades. Esto puede resultar difícil y frustrante para quienes les rodean. Para mantener relaciones sanas con los kidalts, es importante comprender su mentalidad y abordar las interacciones con empatía y paciencia.
Al interactuar con los kidalts, es crucial validar sus emociones y ofrecerles apoyo. Pueden tener dificultades para regular sus emociones, lo que les lleva a tener frecuentes arrebatos o rabietas. En lugar de ignorar sus sentimientos, es importante reconocerlos y tranquilizarlos. No se trata de permitir su comportamiento, sino de escucharle y comprenderle.
Establecer límites es otro aspecto clave de la interacción con los kidalts. Debido a su naturaleza a menudo egocéntrica, pueden tener dificultades para respetar los límites de los demás. Es importante comunicar claramente sus necesidades y expectativas, y reforzar constantemente estos límites. Esto puede implicar rechazar educadamente sus peticiones de ayuda o redirigir su atención hacia fuentes de apoyo más apropiadas.
Por último, es esencial fomentar el crecimiento personal y la independencia de los niños. Aunque es posible que busquen constantemente validación y seguridad, es importante capacitarles para que asuman la responsabilidad de sus propias acciones y decisiones. Anímeles a buscar recursos y desarrollar habilidades que les permitan ser más autosuficientes. Al hacerlo, estarás promoviendo su desarrollo personal y fomentando una dinámica de relación más sana.
En conclusión, las relaciones con los chavales pueden ser difíciles, pero con comprensión y empatía es posible establecer vínculos significativos. Validar sus emociones, establecer límites y fomentar el crecimiento personal son estrategias clave para garantizar interacciones saludables con los kidalts. De este modo, no sólo se fomenta su desarrollo personal, sino que se crea una relación más armoniosa y equilibrada.
Kidalts: niños no por edad, sino por vida
Los kidalts, también conocidos como kidults o niños adultos, son individuos que muestran comportamientos y actitudes infantiles a pesar de ser cronológicamente adultos. Estos individuos suelen tener dificultades para pasar a la edad adulta y pueden tener dificultades para asumir responsabilidades y tomar decisiones importantes en la vida.
El término «kidalts» reconoce que la edad no es el único factor determinante de la madurez y que algunos individuos pueden seguir mostrando comportamientos infantiles hasta bien entrada la edad adulta. Esto puede deberse a varios factores, como una educación protegida, padres sobreprotectores o miedo a crecer y enfrentarse a los retos de la edad adulta.
Para muchos kidalts, sus comportamientos infantiles suelen tener su origen en el deseo de escapar de las presiones y responsabilidades de la edad adulta. Pueden buscar consuelo y seguridad en actividades y aficiones que les recuerden a su infancia, como jugar a videojuegos, coleccionar juguetes o entregarse a actividades impulsadas por la nostalgia.
La interacción con los kidalts puede presentar retos únicos, ya que pueden tener dificultades para entender los límites y pueden luchar con la regulación emocional. Es importante acercarse a estas personas con empatía y comprensión, al tiempo que se fomenta su crecimiento y desarrollo personal.
La terapia y el asesoramiento pueden ser beneficiosos para los niños que buscan ayuda para dejar atrás sus comportamientos infantiles. Estos tratamientos pueden ayudar a abordar cualquier problema emocional subyacente y ayudar a desarrollar las habilidades y la mentalidad necesarias para una vida adulta de éxito.
En conclusión, el término «kidalts» subraya el hecho de que la madurez no viene determinada únicamente por la edad. Comprender y apoyar a las personas que muestran comportamientos infantiles puede ser beneficioso para ayudarles a superar los retos de la edad adulta y alcanzar su máximo potencial.
¿Cómo vivir con un «niño» adulto?
Vivir con un «niño» adulto puede plantear retos únicos. Estas personas, a veces denominadas kidults o kidalts, suelen tener dificultades para asumir responsabilidades de adultos y pueden mostrar comportamientos más propios de niños o adolescentes. Sin embargo, con algo de comprensión y paciencia, es posible crear un entorno de convivencia armonioso. He aquí algunos consejos para convivir con un «niño» adulto.
1. Establezca límites claros:
Es esencial establecer límites y expectativas claros desde el principio. Esto incluye hablar de las tareas domésticas, las responsabilidades económicas y los límites personales. Establecer estos límites puede ayudar a prevenir conflictos y asegurar que cada uno entiende su papel en el hogar.
2. 2. Fomente la independencia:
Aunque puede resultar tentador permitir o cuidar a un «hijo» adulto, es importante fomentar su independencia. Anímele a asumir la responsabilidad de sus propios actos y decisiones, ya sea en la gestión de sus finanzas o en la realización de las tareas cotidianas. Al fomentar su independencia, les ayudas a crecer y a desarrollar sus habilidades de adultos.
3. Comuníquese con eficacia:
Una buena comunicación es crucial cuando se vive con un «hijo» adulto. Dedique tiempo a escuchar sus preocupaciones y sentimientos sin juzgarlos. Fomente conversaciones abiertas y sinceras en las que ambas partes puedan expresar sus pensamientos y emociones. Una comunicación efectiva puede ayudar a resolver conflictos y construir relaciones más fuertes.
4. 4. Evite los comportamientos facilitadores:
Permitir el comportamiento de un niño puede obstaculizar su crecimiento personal. Evite caer en la trampa de rescatar o arreglar constantemente sus errores. En lugar de eso, anímele a asumir la responsabilidad de sus actos y a aprender de sus propias experiencias. Este enfoque les ayudará a desarrollar la resiliencia y el sentido de la responsabilidad.
5. Busca ayuda profesional si es necesario:
En algunas situaciones, la convivencia con un «hijo» adulto puede requerir la intervención de un profesional. Si su comportamiento está causando una angustia significativa o afectando negativamente al hogar, puede ser beneficioso buscar la orientación de un terapeuta o consejero. Un profesional cualificado puede aportar valiosas ideas y estrategias para hacer frente a comportamientos difíciles.
Vivir con un «hijo» adulto puede ser difícil, pero con paciencia, comprensión y una comunicación eficaz, es posible crear un entorno de apoyo y cariño. Recuerde que debe centrarse en su crecimiento e independencia y, al mismo tiempo, ocuparse de sus propias necesidades y bienestar.
¿Y si el «hijo adulto» eres tú?
Aunque este artículo se centra en cómo manejar las relaciones con los «kidults» (adultos que muestran un comportamiento infantil), es importante reflexionar sobre si uno mismo puede estar mostrando algunos de estos rasgos. Reconocer y abordar los comportamientos personales puede conducir al crecimiento personal y a mejorar las relaciones.
Si con frecuencia buscas llamar la atención, te cuesta asumir responsabilidades o evitas conversaciones difíciles, es posible que muestres características de «niño adulto». Es esencial dedicar tiempo a reflexionar sobre tus propios comportamientos y motivaciones para entender por qué te comportas como lo haces.
Autorreflexión y crecimiento personal
La autorreflexión es una herramienta vital para el crecimiento personal. Dedica tiempo a comprender tus propias necesidades emocionales y cómo pueden estar influyendo en tu comportamiento. Reconozca cualquier patrón de comportamiento que esté obstaculizando su desarrollo personal o sus relaciones.
Participar en actividades de crecimiento personal como terapia, ejercicios de autoayuda o unirse a grupos de apoyo puede ser beneficioso. Estos recursos pueden proporcionarle ideas y herramientas valiosas para ayudarle a abordar y superar cualquier tendencia «kidult».
Asumir la responsabilidad de tus actos
Un aspecto clave para convertirse en un adulto responsable es asumir la responsabilidad de sus actos. Reflexiona sobre el impacto de tu comportamiento en los que te rodean y asume la responsabilidad de las consecuencias negativas que puedan derivarse de él.
Comunicarse abierta y honestamente con los demás también es crucial. Evitar o ponerse a la defensiva sólo perpetúa los comportamientos de «kidult». En su lugar, hay que estar dispuesto a entablar conversaciones que puedan resultar difíciles y abordar los problemas o conflictos subyacentes.
Recuerda que el crecimiento personal y el cambio requieren tiempo y esfuerzo. Sé paciente contigo mismo mientras trabajas para transformar los comportamientos «infantiles» en formas más maduras y sanas de relacionarte con los demás.
Sólo hacia adelante. No mires atrás.
Al tratar con kidalts, es importante recordar que su comportamiento no siempre es racional o lógico. Pueden tener dificultades para expresar sus emociones o comprender las consecuencias de sus actos. Por lo tanto, es crucial acercarse a ellos con paciencia y comprensión.
Una regla importante a la hora de interactuar con los niños es centrarse siempre en avanzar. Rememorar los errores del pasado o el mal comportamiento sólo provocará frustración y negatividad. En lugar de eso, intenta redirigir su atención hacia la búsqueda de soluciones y el aprendizaje a partir de sus experiencias.
Cuando un kidalt toma una mala decisión o se comporta de forma inadecuada, es esencial abordar la cuestión con rapidez y claridad. Explíquele por qué su comportamiento no es aceptable y coméntele formas alternativas de afrontar situaciones similares en el futuro. Anímale a pensar en las posibles consecuencias de sus acciones y oriéntale para que tome mejores decisiones.
También es importante no guardarle rencor. Recuerde que aún están aprendiendo y creciendo, y que es natural que cometan errores. Si perdonas sus transgresiones y te centras en mejorar, crearás un entorno positivo y enriquecedor para su desarrollo.
Por último, recuerda ser un modelo positivo para los niños. Enséñeles lo que significa responsabilizarse de sus actos, disculparse cuando sea necesario y esforzarse por crecer personalmente. Si usted mismo demuestra estas cualidades, les dará un valioso ejemplo a seguir.
En conclusión, al tratar con kidalts, es vital mirar siempre hacia delante y fomentar el progreso. Evite insistir en los errores del pasado y guíeles para que tomen mejores decisiones en el futuro. Si mantiene una actitud positiva y de apoyo, les ayudará a convertirse en personas responsables y maduras.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Es normal que los adultos tengan relaciones infantiles?
Sí, no es raro que los adultos tengan relaciones infantiles. Estas relaciones suelen implicar a personas que muestran un comportamiento infantil y deciden participar en actividades e interactuar con los demás de un modo que recuerda a la infancia.
¿Cuáles son los rasgos comunes de los kidalts?
Algunos rasgos comunes de los kidalts incluyen el interés por actividades infantiles como jugar con juguetes, ver dibujos animados y vestirse con ropa asociada a la infancia. También pueden tener un comportamiento infantil, hablar como niños o tener conductas infantiles.
¿Pueden los kidalts tener relaciones sanas?
Sí, los kidalts pueden tener relaciones sanas. Mientras su comportamiento infantil no interfiera en su funcionamiento diario o en sus relaciones con los demás, no hay razón para que no puedan mantener relaciones sanas y satisfactorias.
¿Se considera que los kidalts tienen un trastorno?
No, no se considera que los kidalts tengan un trastorno. Su comportamiento y sus intereses pueden considerarse poco convencionales o inusuales, pero mientras no les causen angustia o deterioro en su vida, no se consideran un trastorno.
¿Cómo se puede apoyar a un amigo o familiar que es kidalt?
Si tienes un amigo o familiar que es kidalt, la mejor forma de apoyarle es ser comprensivo y aceptar sus intereses y su comportamiento. Evite juzgarle y criticarle y, en su lugar, intente realizar con él actividades que le gusten y que sean apropiadas para su edad.
¿Cómo puedo establecer una mejor relación con mi hijo?
Establecer una mejor relación con tu hijo empieza por una comunicación abierta. Esfuérzate por escucharles, sé comprensivo y empático con sus necesidades y sentimientos. Además, intenta pasar tiempo de calidad juntos realizando actividades que les gusten.