10 preguntas para un traumatólogo – ¿Con qué frecuencia hay que llevar tacones de aguja, se puede crujir los dedos y hay que comprar un andador para el niño?

10 preguntas que debe hacer a un traumatólogo: con qué frecuencia usar tacones de aguja, si es correcto crujirse los dedos y si debe comprar un andador para su hijo.

Cuando se trata de cuidar nuestro cuerpo, a menudo surgen muchas preguntas. Los traumatólogos son especialistas que pueden aportar valiosas ideas sobre cómo mantener la salud musculoesquelética y prevenir lesiones. Tanto si te preocupan los efectos a largo plazo de llevar tacones de aguja como si te preguntas si está bien crujirte los dedos, siempre es buena idea consultar con un traumatólogo.

1. ¿Es seguro llevar tacones de aguja todos los días?

A muchas mujeres les encanta llevar tacones de aguja, pero ¿es seguro hacerlo a diario? Un traumatólogo puede ofrecer orientación sobre la frecuencia con la que está bien llevar tacones altos y si es necesario realizar algún ajuste para evitar problemas en los pies y los tobillos.

2. ¿Cuál es la mejor manera de prevenir las lesiones relacionadas con el deporte?

Si es usted deportista o practica alguna actividad física con regularidad, es fundamental que tome medidas para prevenir las lesiones relacionadas con el deporte. Un traumatólogo puede aconsejarle sobre rutinas de calentamiento adecuadas, equipos de protección y estrategias de prevención de lesiones adaptadas a su actividad específica.

3. ¿Es perjudicial crujirse los dedos u otras articulaciones?

Romperse los dedos u otras articulaciones puede resultar satisfactorio, pero ¿es perjudicial a largo plazo? Un traumatólogo puede explicarte la ciencia que hay detrás del crujido articular y ofrecerte información sobre cualquier posible riesgo o preocupación.

4. ¿Qué ejercicios pueden ayudarme a fortalecer la espalda?

El dolor de espalda es un problema común al que se enfrentan muchas personas. Un ortopedista puede recomendar ejercicios y estiramientos para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la postura y aliviar las molestias.

5. 5. ¿Hay algún ejercicio que deba evitar si tengo artritis?

La artritis puede ser una enfermedad difícil de controlar, sobre todo en lo que se refiere al ejercicio. Un traumatólogo puede orientarte sobre qué ejercicios son seguros y beneficiosos para tu tipo específico de artritis, al tiempo que te ofrece alternativas para evitar exacerbar los síntomas.

6. ¿Debo comprar un andador a mi hijo que está aprendiendo a andar?

A menudo los padres se preguntan si deberían invertir en un andador para su hijo que está empezando a dar sus primeros pasos. Un traumatólogo puede proporcionar información importante sobre los pros y los contras del uso de un andador y ofrecer sugerencias alternativas para promover un desarrollo saludable.

7. ¿Cómo puedo proteger mis articulaciones a medida que envejezco?

A medida que envejecemos, nuestras articulaciones son más propensas al desgaste. Un traumatólogo puede dar consejos sobre estrategias para proteger las articulaciones, como mantener un peso saludable, incorporar ejercicios de bajo impacto y controlar enfermedades subyacentes como la artrosis.

8. ¿Cuáles son los síntomas de una fractura por sobrecarga?

Las fracturas por sobrecarga pueden ser una lesión frecuente, sobre todo en los deportistas. Un traumatólogo puede explicar los signos de una fractura por sobrecarga, recomendar pruebas diagnósticas si es necesario y ofrecer opciones de tratamiento adecuadas para favorecer la curación.

9. ¿Cómo puedo prevenir las lesiones por esfuerzo repetitivo en el trabajo?

Muchas personas con trabajos de oficina o que realizan tareas repetitivas corren el riesgo de sufrir lesiones por esfuerzos repetitivos. Un ortopedista puede ofrecer consejos ergonómicos, sugerir estiramientos y ejercicios, y proporcionar otras estrategias para prevenir tales lesiones y mantener la salud musculoesquelética.

10. ¿Qué opciones de tratamiento existen para una rotura de ligamentos?

La rotura de ligamentos es una lesión frecuente que puede producirse durante la práctica de deportes o en accidentes. Un traumatólogo puede explicarle las opciones de tratamiento disponibles, como fisioterapia, ortesis o cirugía, en función de la gravedad de la lesión.

Recuerde que siempre es esencial consultar a un ortopedista cualificado para obtener asesoramiento y recomendaciones personalizadas. Ellos pueden ayudarle a resolver cualquier duda o pregunta que pueda tener sobre su salud musculoesquelética.

Contents

1 ¿Cuáles son los síntomas por los que debería acudir a un traumatólogo?

Si usted está experimentando cualquiera de los siguientes síntomas, es importante consultar a un ortopedista para una mayor evaluación y tratamiento:

1. Dolor persistente en sus articulaciones o músculos que no se alivia con reposo o analgésicos de venta libre.

2. Dificultad o incapacidad para realizar actividades cotidianas, como caminar, levantar objetos o utilizar las manos.

3. Hinchazón o inflamación de las articulaciones acompañada de dolor, enrojecimiento o calor.

4. Rango de movimiento limitado en sus articulaciones, lo que dificulta moverlas completa o libremente.

5. 5. Inestabilidad o debilidad en las articulaciones, que hace que cedan o se sientan inestables durante el movimiento.

6. Entumecimiento u hormigueo en las extremidades, sobre todo si va acompañado de dolor o debilidad muscular.

7. Lesiones en huesos, músculos o articulaciones, como fracturas, esguinces, distensiones o luxaciones.

8. 8. Desarrollo de una deformidad en los huesos o las articulaciones, como una desalineación visible o una forma anormal.

9. Afecciones o enfermedades crónicas que afectan al sistema musculoesquelético, como artritis, osteoporosis o tendinitis.

10. Infección en los huesos o articulaciones, que puede presentarse con síntomas como fiebre, escalofríos o aumento del dolor.

Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante que acuda a un traumatólogo. Están especializados en diagnosticar y tratar afecciones relacionadas con el sistema musculoesquelético y pueden proporcionarle la atención adecuada para aliviar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.

2 Si el niño no ha empezado a sentarse/caminar en el momento especificado en las normas, ¿es muy grave?

Es importante recordar que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que existe una amplia gama de lo que se considera normal. Aunque existen normas generales sobre cuándo un niño debe empezar a sentarse y a andar, no es necesariamente «muy malo» que no haya alcanzado estos hitos en el plazo especificado.

Si un niño no ha empezado a sentarse o a andar en el momento especificado en las normas, puede ser motivo de preocupación y merece la pena hablarlo con un traumatólogo. El traumatólogo puede evaluar el desarrollo del niño y determinar si hay algún problema subyacente que pueda estar afectando a sus habilidades motoras.

Factores que afectan al desarrollo

Hay varios factores que pueden afectar al desarrollo de un niño, entre ellos:

  • La genética
  • El entorno
  • La salud física
  • Nacimiento prematuro
  • Trastornos del desarrollo

Es importante tener en cuenta estos factores y no sacar conclusiones precipitadas ni suponer lo peor si un niño no alcanza los hitos esperados. El traumatólogo puede ayudar a determinar si es necesaria una evaluación o intervención adicional.

Intervención precoz

Intervención precoz

Si un niño no alcanza los hitos en el plazo previsto, la intervención temprana puede ser beneficiosa. Los programas de intervención temprana están diseñados para proporcionar terapia y apoyo a los niños que muestran signos de retraso en el desarrollo o discapacidad.

La intervención temprana puede ayudar a abordar cualquier problema subyacente que pueda estar afectando a la capacidad del niño para sentarse o andar. Puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional u otras intervenciones adaptadas a las necesidades específicas del niño.

Conclusión

Si un niño no ha empezado a sentarse o a andar en el momento especificado en las normas, es importante consultar a un traumatólogo. Éste puede determinar si es necesaria alguna evaluación o intervención adicional, y proporcionar orientación y apoyo para el desarrollo del niño.

3 ¿Cómo debe andar un niño pequeño en casa: descalzo o con zapatos especiales?

En lo que se refiere a los niños pequeños y su elección de calzado en casa, hay opiniones divergentes sobre si deben andar descalzos o con zapatos especiales. He aquí algunos factores a tener en cuenta:

  • Desarrollo del pie: Caminar descalzo permite que los pies del niño se desarrollen de forma natural y fortalezcan sus músculos y ligamentos. Ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación, ya que pueden sentir el suelo bajo sus pies.
  • La seguridad: Aunque caminar descalzo puede proporcionar información sensorial y mejorar el equilibrio, puede no ser la opción más segura en todas las situaciones. Si hay objetos punzantes, superficies rugosas o peligros potenciales alrededor, un calzado especial puede proporcionar una mayor protección.
  • Temperatura e higiene: El calzado especial puede ayudar a proteger los pies del niño de las temperaturas extremas, sobre todo en los meses más fríos. También proporcionan una barrera protectora contra la suciedad y las posibles infecciones.

En definitiva, se recomienda permitir que los niños pequeños anden descalzos en casa tanto como sea posible, sobre todo en entornos seguros y limpios. Sin embargo, es importante actuar con discreción y vigilar el entorno para garantizar la seguridad del niño. El calzado especial puede ser beneficioso en situaciones en las que se requiera protección para los pies o para aumentar la comodidad y el calor.

4 ¿Son perjudiciales los andadores?

Los andadores, también conocidos como andadores o cajoncitos para bebés, son dispositivos que permiten a los bebés desplazarse antes de poder andar por sí solos. Aunque pueden parecer cómodos y divertidos tanto para el bebé como para los padres, existen varias preocupaciones sobre su seguridad y desarrollo.

Los estudios han demostrado que el uso de andadores puede retrasar el desarrollo de ciertas habilidades motoras, como gatear y caminar de forma independiente. Esto se debe a que los andadores promueven un tipo diferente de movimiento en el que el bebé empuja con los dedos de los pies en lugar de utilizar sus movimientos naturales de piernas y pies. Esto puede afectar al desarrollo de sus músculos y su coordinación.

Además, los andadores se han asociado a un mayor riesgo de accidentes y lesiones. Los bebés pueden moverse a mayor velocidad en los andadores, lo que puede provocar caídas por las escaleras o contra objetos peligrosos. Los andadores también pueden dar a los bebés acceso a zonas que pueden ser peligrosas, como estufas calientes o piscinas.

Debido a estas preocupaciones, muchos pediatras y expertos en seguridad infantil desaconsejan el uso de andadores. En su lugar, recomiendan proporcionar a los bebés un entorno seguro y supervisado para que exploren y desarrollen sus habilidades motoras de forma natural. Esto incluye darles mucho tiempo boca abajo, animarles a gatear y proporcionarles juguetes y actividades adecuados a su edad para estimular su desarrollo.

Si te preocupa el desarrollo motor de tu hijo o el uso de andadores, lo mejor es que consultes a un traumatólogo o pediatra. Ellos pueden ofrecerte asesoramiento y orientación personalizados en función de las necesidades y el desarrollo específicos de tu hijo.

5 ¿Cómo comprobar si definitivamente hay pie plano?

Si sospecha que usted o su hijo pueden tener pie plano, existen algunas pruebas sencillas que pueden ayudarle a determinar si es así. Es importante recordar que estas pruebas no sustituyen a un diagnóstico profesional, pero pueden proporcionar algunas indicaciones iniciales.

Prueba 1: Prueba de la huella húmeda

Una de las formas más sencillas de comprobar si hay pies planos es la prueba de la huella húmeda. Simplemente humedezca la planta de su pie o del pie de su hijo y pise un trozo de papel en blanco o una superficie seca. Si se ve toda la huella del pie, sin arco ni curva en el centro, puede indicar que tiene el pie plano.

Prueba 2: Dolor o fatiga en los pies

Los pies planos pueden provocar a menudo dolor o fatiga en los pies, sobre todo después de estar de pie o caminar durante largos periodos de tiempo. Si usted o su hijo experimentan molestias en los pies de forma habitual, podría ser un signo de pies planos.

Prueba 3: Inspección visual

Observe detenidamente los arcos de sus pies o de los pies de su hijo. Si no hay un arco visible o si el arco parece estar muy bajo, puede indicar pies planos.

Prueba 4: Alineación de las piernas

Póngase de pie descalzo y observe la parte inferior de sus piernas, o pídale a su hijo que se ponga de pie mientras usted observa. Si los tobillos se doblan hacia dentro y la parte inferior de las piernas parece estar inclinada hacia dentro, puede indicar pies planos.

Prueba 5: Dolor en otras zonas

Los pies planos también pueden causar dolor o molestias en otras zonas del cuerpo, como los tobillos, las rodillas, las caderas o la parte baja de la espalda. Si usted o su hijo experimentan con frecuencia dolor en estas zonas, puede estar relacionado con los pies planos.

Si usted o su hijo presentan alguno de estos signos o síntomas, es importante que consulte a un ortopedista especializado en afecciones de pie y tobillo. Ellos pueden realizar una evaluación exhaustiva y determinar el mejor tratamiento, si es necesario.

6 ¿Hasta qué fase de desarrollo del «huesecillo» en el pie puede tratarse sin cirugía? ¿Y cómo se puede tratar?

Cuando se trata del desarrollo del «huesecillo» en el pie, es esencial identificar la fase en la que aún se puede seguir el tratamiento sin recurrir a la cirugía. El huesecillo, también conocido como hueso accesorio o hueso sesamoideo, se refiere a un pequeño hueso o nódulo que se desarrolla dentro de un tendón o articulación. Cuando se produce en el pie, puede provocar dolor y molestias al caminar o realizar actividades físicas.

Las opciones de tratamiento de un osículo dependen de la fase de su desarrollo y de la gravedad de los síntomas. En las primeras fases, los tratamientos conservadores suelen ser eficaces para aliviar el dolor y favorecer la curación. Estos tratamientos pueden incluir:

1. Reposo e inmovilización:

Permitir que el pie descanse y evitar actividades que exacerben el dolor puede ayudar a reducir la inflamación y proporcionar una oportunidad para que el huesecillo sane.

2. Dispositivos ortopédicos:

El uso de dispositivos ortopédicos como soportes para el arco del pie, cojines o almohadillas puede ayudar a reducir la presión sobre el pie y proporcionar apoyo, permitiendo que el huesecillo se cure.

3. Fisioterapia:

Un fisioterapeuta puede proporcionar ejercicios y estiramientos para mejorar la fuerza, la estabilidad y la flexibilidad del pie, ayudando a aliviar los síntomas asociados al huesecillo.

Es importante señalar que la eficacia de estos tratamientos conservadores puede variar en función de cada caso. Si el huesecillo sigue causando dolor persistente, afecta a la función normal o muestra signos de progresar a una fase más avanzada, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Si es necesaria una intervención quirúrgica, un especialista ortopédico cualificado evaluará el estado del huesecillo y determinará el procedimiento quirúrgico más adecuado. Puede consistir en extirpar el huesecillo, recolocarlo o restaurar el tendón o la articulación afectados. Tras la cirugía, será necesario un periodo de rehabilitación y recuperación para garantizar una curación óptima y restablecer la función normal del pie.

En conclusión, el tratamiento de un osículo en el pie sin cirugía depende de la fase de su desarrollo. Los huesecillos en estadio inicial pueden responder bien a tratamientos conservadores como reposo, dispositivos ortopédicos y fisioterapia. Sin embargo, si los síntomas persisten o empeoran, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad del pie.

7 ¿A qué edad puede una niña/niña llevar tacones?

Cuando se trata de llevar tacones, la edad a la que una niña puede empezar a llevarlos es objeto de debate. Algunos expertos creen que las niñas pueden empezar a llevar zapatos de tacón bajo en torno a los 12 o 13 años, mientras que otros recomiendan esperar hasta los 15 o 16 años. Es importante tener en cuenta que llevar tacones a una edad temprana puede entrañar riesgos potenciales y repercutir en el desarrollo de los pies y la postura de la niña.

Factores a tener en cuenta

La decisión de dejar que una niña lleve tacones debe basarse en varios factores:

  1. El desarrollo físico: Los cartílagos de crecimiento de los pies siguen desarrollándose hasta mediados o finales de la adolescencia. Llevar tacones a una edad temprana puede ejercer una presión innecesaria sobre estos cartílagos de crecimiento y provocar problemas en los pies en el futuro.
  2. Madurez: Llevar tacones requiere un cierto nivel de equilibrio, coordinación y fuerza. Es importante que una niña haya desarrollado estas habilidades antes de llevar tacones para minimizar el riesgo de lesiones.
  3. Ocasión: El tipo y la altura de los tacones deben ser apropiados para la ocasión y el nivel de experiencia de la niña. Empezar con zapatos de tacón bajo y ancho puede ser una opción más segura que llevar tacones de aguja altos.

Alternativas

En lugar de llevar tacones, las chicas pueden considerar otras alternativas que proporcionan una estética similar sin los riesgos potenciales. Por ejemplo, llevar cuñas o zapatos con plataforma puede ofrecer altura y estilo, al tiempo que proporciona más estabilidad y apoyo a los pies.

En última instancia, la decisión sobre cuándo una niña puede empezar a llevar tacones debe tomarse de forma individual, teniendo en cuenta los factores mencionados anteriormente y consultando con un pediatra u ortopedista si es necesario. Es importante dar prioridad a la salud y el bienestar de los pies y el cuerpo de la niña por encima de la moda y las tendencias.

8 ¿Con qué frecuencia se pueden llevar tacones muy altos?

Llevar tacones altos puede ser una opción de moda, pero es importante tener en cuenta el impacto que pueden tener en los pies y en la salud en general. Los tacones muy altos, como los de aguja, pueden ejercer una presión excesiva sobre los pies y provocar diversos problemas.

Cuando se trata de llevar tacones muy altos, lo mejor es limitar su uso a ocasiones o eventos especiales. El uso prolongado y frecuente de tacones altos puede aumentar el riesgo de dolor de pies, ampollas, callosidades e incluso afecciones más graves como juanetes o fascitis plantar.

Los peligros de llevar tacones altos con frecuencia:

1. Dolor en los pies: Llevar tacones altos durante periodos prolongados puede causar molestias y dolor en la bola del pie, los dedos y los talones. Esto se debe a que los tacones altos desplazan el peso del cuerpo hacia delante, ejerciendo una presión excesiva sobre estas zonas.

2. Aumento del riesgo de lesiones: Caminar con tacones muy altos puede resultar complicado y aumenta el riesgo de sufrir esguinces de tobillo, fracturas y otras lesiones. La elevada altura y la inestabilidad de los tacones hacen que sea más fácil perder el equilibrio y caerse.

3. Mala postura y dolor de espalda: Llevar tacones altos altera la alineación natural del cuerpo, haciendo que la zona lumbar se arquee hacia delante y las caderas se inclinen. Esto puede provocar problemas posturales y dolor de espalda crónico.

Consejos para llevar tacones muy altos:

1. 1. Limita la duración: Si decides llevar tacones muy altos, intenta limitar la duración del uso a unas pocas horas como máximo. Haz descansos y cambia a un calzado más cómodo siempre que sea posible para dar descanso a tus pies.

2. 2. Opta por tacones más bajos: En lugar de tacones de aguja muy altos, opta por tacones ligeramente más bajos. De este modo, seguirás teniendo un aspecto elegante y reducirás la presión sobre los pies.

3. Calce adecuado: Asegúrate de que tus zapatos de tacón son de la talla adecuada y proporcionan un apoyo apropiado. Unos zapatos mal ajustados pueden causar molestias añadidas y aumentar el riesgo de problemas en los pies.

Recuerde que, aunque puede ser divertido llevar tacones altos de vez en cuando, es esencial dar prioridad a su salud general y de los pies. Si sufres dolor de pies con frecuencia o tienes alguna dolencia en los pies, lo mejor es que consultes a un ortopedista para que te dé consejos y recomendaciones personalizados.

9 ¿Puedo hacer crujir los dedos de los pies? ¿No sirve de nada?

9 ¿Puedo crujirme los dedos de los pies? ¿Es inútil?

Crujirse los dedos de los pies puede resultar satisfactorio o incluso convertirse en un hábito, pero es importante conocer las posibles consecuencias. Hacer crujir constantemente los dedos de los pies puede sobrecargar innecesariamente las articulaciones y los ligamentos, lo que puede provocar molestias y dolor con el tiempo. También puede debilitar y desequilibrar los músculos de los pies, lo que afecta al equilibrio y la estabilidad generales.

Apretar los dedos en exceso también puede contribuir a la aparición de afecciones como los dedos en martillo o los juanetes. Estas afecciones implican la deformación de los dedos de los pies y pueden causar un dolor importante y dificultades para caminar o llevar determinados tipos de calzado. Es importante ser consciente de los posibles efectos a largo plazo y tomar medidas para proteger la salud de los pies.

Si con frecuencia le crujen los dedos de los pies, puede resultarle útil consultar a un traumatólogo o a un podólogo. Ellos pueden evaluar la salud de sus pies y recomendarle ejercicios o estiramientos para mejorar la fuerza y flexibilidad de los pies, así como aconsejarle sobre el calzado adecuado y el cuidado de los pies.

10 ¿Qué puedo hacer para mantener una buena postura?

Mantener una buena postura es esencial para la salud musculoesquelética general y para prevenir una serie de afecciones ortopédicas. Aquí tienes 10 hábitos que puedes adoptar para mejorar y mantener una buena postura:

Si incorporas estos hábitos a tu vida diaria, podrás prevenir las malas posturas y reducir el riesgo de desarrollar problemas ortopédicos.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Es seguro llevar tacones de aguja todos los días o debo limitar su frecuencia?

En general, no es aconsejable llevar tacones de aguja todos los días, ya que pueden ejercer una presión excesiva sobre los pies, los tobillos y las rodillas. Se recomienda limitar el uso de tacones de aguja a ocasiones especiales y elegir un calzado más cómodo para el día a día, a fin de evitar posibles problemas ortopédicos.

¿Crujirse los dedos puede dañar las articulaciones o los huesos?

Crujirse los dedos, también conocido como crujir de nudillos, no suele causar ningún daño grave a las articulaciones o los huesos. Sin embargo, puede provocar inflamación temporal, rigidez y disminución de la fuerza de agarre. Si el crujido excesivo se convierte en un hábito, lo mejor es consultar a un traumatólogo para asegurarse de que no hay problemas subyacentes.

Mi hijo tiene dificultades para andar. ¿Debo comprarle un andador para ayudarle?

La compra de un andador para su hijo debe hacerse bajo la supervisión de un traumatólogo o pediatra. Ellos podrán evaluar las necesidades específicas de su hijo y determinar si es necesario un andador o si existen tratamientos o terapias alternativos que puedan ayudar a mejorar su capacidad para caminar.

¿Es cierto que llevar tacones altos puede provocar problemas en los pies y los tobillos a largo plazo?

Sí, llevar tacones altos puede provocar problemas a largo plazo en pies y tobillos. El tacón elevado ejerce una presión excesiva sobre las articulaciones del pie y del tobillo, provocando problemas como juanetes, dedos en martillo e inestabilidad crónica del tobillo. Es aconsejable limitar el uso de tacones altos y elegir un calzado con más apoyo para prevenir estos problemas.

¿Hay algún ejercicio que pueda hacer para fortalecer las rodillas y prevenir el dolor de rodillas?

Sí, hay varios ejercicios que pueden ayudar a fortalecer las rodillas y prevenir el dolor de rodilla. Entre ellos se incluyen los ejercicios de bajo impacto como la natación, el ciclismo y el uso de una máquina elíptica. Los ejercicios de fortalecimiento como las sentadillas, las estocadas y las flexiones de piernas también pueden ayudar a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y proporcionar un apoyo adicional. Sin embargo, es importante consultar a un ortopedista antes de iniciar cualquier programa de ejercicios para asegurarse de que es adecuado para su dolencia específica.

¿Con qué frecuencia debo usar tacones de aguja?

No se recomienda llevar tacones de aguja con frecuencia, ya que pueden ejercer mucha presión sobre los pies y los tobillos. Llevar tacones de aguja ocasionalmente para eventos especiales no debería causar ningún daño grave, pero su uso repetido puede provocar problemas en pies y tobillos, como juanetes, dedos en martillo y torceduras de tobillo.

¿Puedo crujirme los dedos?

No, no está bien crujirse los dedos. Crujirse o reventarse los dedos puede aliviar temporalmente la tensión o proporcionar una sensación de satisfacción, pero también puede provocar problemas en las articulaciones y debilitar el agarre con el tiempo. Es mejor evitar este hábito y encontrar otras formas de aliviar el estrés o la tensión en las manos.

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